A pesar
de la creciente prevalencia de diabetes tipo 2 (T2D) diagnosticada en la
infancia, se sabe poco sobre la historia natural de las secuelas oculares en la
diabetes tipo 2 de inicio en la juventud en comparación con la diabetes tipo 1
(T1D).
Evaluar
el riesgo de desarrollar complicaciones oculares asociadas con la diabetes
entre los jóvenes diagnosticados con diabetes.
Esta
revisión retrospectiva de registros médicos basada en la población incluyó a
todos los residentes del condado de Olmsted, Minnesota (95,7% blancos en 1990),
diagnosticados con diabetes antes de los 22 años (en lo sucesivo, niños) desde
el 1 de enero de 1970, hasta el 31 de diciembre de 2019.
Riesgo de
desarrollar complicaciones oculares con el tiempo.
Entre 1362 personas con
un código de diagnóstico de diabetes, las revisiones de registros médicos
confirmaron un diagnóstico de DT1 o DT2 en 606 niños, de los cuales 525 (86,6
%) se sometieron al menos a 1 examen de la vista (edad media [DE] en el momento
del diagnóstico de diabetes, 12,1 [ 5,4] años; 264 [50,3%] hombres).
Las complicaciones
oculares asociadas a la diabetes ocurrieron en 147 de los
461 niños (31,2 %) con DT1 y en 17 de los 64 niños (26,6 %) con DT2.
El
cociente de riesgos instantáneos que ilustra el riesgo entre las tasas de DT2 y
DT1 fue de 1,88 (IC del 95 %, 1,13-3,12; P = 0,02) para desarrollar cualquier
retinopatía diabética (no proliferativa o mayor), 2,33 (IC del 95 %, 0,99-5,50;
P = 0,048) para retinopatía diabética proliferativa, 1,49 (IC 95 %, 0,46-4,89;
P = 0,50) para edema macular diabético, 2,43 (IC 95 %, 0,54-11,07;P = 0,24)
para una catarata visualmente significativa, y 4,06 (IC 95 %, 1,34-12,33; P = 0,007)
para requerir vitrectomía pars plana 15 años después del
diagnóstico de diabetes.
La
retinopatía diabética, la retinopatía diabética proliferativa y la necesidad de
vitrectomía pars plana ocurrieron dentro de una duración más corta de diabetes
para niños con DT2 en comparación con DT1 en esta cohorte basada en la
población.
Los niños
con DT2 tenían casi el doble de riesgo de desarrollar
retinopatía en comparación con aquellos con DT1. Estos hallazgos sugieren que
para prevenir complicaciones oculares graves, los niños con DT2 pueden requerir
evaluaciones oftalmoscópicas al menos con la misma frecuencia o más que los
niños con DT1.
Son
resultados muy parejos a los vistos aquí en estos 35 años
OFTALMÓLOGO
ESTEPONA
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