Controlar la salud ocular de los niños es fundamental para
su correcto desarrollo y crecimiento. Su visión no sólo se trata de una de sus
mejores herramientas para descubrir el mundo en los primeros meses, sino que
más adelante es indispensable para su vida escolar. Por eso, los padres tienen
que estar muy pendientes de todo lo relacionado con la vista de los niños.
Muchos padres tienen dudas sobre cuándo hay que revisar la vista a un niño y
con qué frecuencia se tienen que realizar las primeras revisiones
oftalmológicas. Sigue leyendo para saberlo todo sobre sobre los exámenes de la
vista para niños.
Las primeras revisiones oftalmológicas en niños. En
general, aparte de las situaciones extraordinarias, hay una serie de revisiones
rutinarias que pediatras y oftalmólogos recomiendan llevar a cabo para que la
salud visual de los más pequeños sea óptima.
Primeros 6 meses: Primer examen de la vista completo
Estos primeros meses son especialmente críticos, ya que es
cuando aún se están desarrollando las áreas visuales del cerebro y cualquier
deficiencia debe atajarse lo antes posible. La primera revisión oftalmológica
completa tiene un objetivo principal: tratar de detectar posibles
malformaciones, desviaciones o enfermedades congénitas, como las cataratas. En
general, el especialista comprueba que el bebé enfoca de manera correcta y que
sus ojos están sanos también en su interior.
1 año: ¿Primeras gafas?
Depende de la salud ocular del niño, pero en muchos casos
es posible que necesite utilizar gafas. Se trata de un momento clave, porque
tienen que empezar a ver el mundo, incluidos sus padres, de la forma más clara
posible. Así, se comprueba si existen defectos refractivos y, en caso
afirmativo, se le tiene que graduar la vista para su primer par de gafas.
3 años: Primer test de la vista y graduación del niño
Aunque se haya podido realizar una graduación con
anterioridad en casos concretos, es aproximadamente a esta edad, antes de
comenzar la etapa escolar, cuando se suele realizar el primer test de la vista
propiamente dicho. Se trata de detectar si padece miopía, hipermetropía o astigmatismo, para
evitar problemas de aprendizaje. Piensa que necesitan una salud ocular al 100%,
no sólo porque van a entrar en contacto con la lectura y la escritura, sino
también para desarrollar todas sus capacidades sociales.
12 años: Primeras lentillas
En algunos casos, muchos niños no terminan de
acostumbrarse a llevar gafas y les suponen algunos problemas a la hora de hacer
deporte o de relacionarse con los demás: es aquí donde entran en juego
las lentillas
para niños. Por supuesto, depende del interés y la madurez del niño,
pero los 9 años es una buena edad para ponerse lentillas por primera vez. Se
trata además de una buena oportunidad de asignarles responsabilidades y
de aumentar su
autoestima.
¿A partir de entonces cada cuánto hay revisar la vista a
los niños? Como en cada asunto relacionado con la salud, se recomienda acudir
una revisión de la vista de forma habitual, al menos cada 2 años.
Un examen de la vista para niños es muy parecido a la
revisión oftalmológica de los adultos, pero con ligeras modificaciones, ya que
los más pequeños tienen distintas necesidades y capacidades de interacción.
Aunque cambia de sitio en sitio, en general revisar y graduar la vista a niños
consiste en lo siguiente:
En general se realiza a bebés y sirve para comprobar cómo
reacciona la pupila a la luz. Así, el pediatra u oftalmólogo aplica una
linterna al ojo y observa si la pupila se contrae de forma automática.
Aunque el nombre suene complicado, se trata simplemente de
una versión infantil de los tradicionales paneles con letras. Si el niño es muy
pequeño y aún no sabe leer, se sustituyen los caracteres por formas y objetos
fáciles de identificar, como animales, plantas, edificios o utensilios
cotidianos. Por ejemplo: conejo, flor, casa, paragüas. De esta forma no sólo
resulta más sencillo hacer el test de la vista, sino también más divertido.
Igual que ocurre al acudir a otras consultas médicas,
muchos niños pueden sentirse nerviosos e intimidados. En esta fase es muy
importante prepararlos antes de la cita y tranquilizarlos diciéndoles que no
hay respuestas correctas o incorrectas, sino que simplemente tienen que decir
lo que ven.
Como su propio nombre indica, este test de daltonismo sirve
para identificar si el niño sufre algún tipo de daltonismo o de deficiencia al
identificar colores. Se trata de una prueba bastante común en la que se muestra
una imagen de círculos de color que contiene un número hecho con círculos de
otro color.
El médico comprobará que los músculos del ojo del niño son
capaces de realizar todos los movimientos necesarios. Para ello, le mostrará un
objeto en distintos lugares del campo visual: arriba, abajo, izquierda y
derecha, tanto en posiciones intermedias como extremas, para asegurar que
pueden ejecutar todo el rango de movimientos.
Este test está diseñado para determinar si el niño
necesita corrección visual. Se les pide que miren a una luz con diferentes
lentes en los ojos y se les pregunta si ven mejor o peor. En ocasiones es
posible que antes se les aplique unas gotas para dilatar la pupila y permitir
al optometrista ver el ojo por dentro.
¿Cuándo llevar a los niños a una revisión de la vista?
En los controles rutinarios al recién nacido lo normal es
que los doctores detecten si hay algún problema grave en la visión. Más allá de
los exámenes que el pediatra hace al bebé en sus primeros meses de vida, la
respuesta general es que nunca es demasiado pronto para una revisión
oftalmológica infantil. El diagnóstico de problemas visuales en niños, cuanto
más precoz sea, mejor. Acude cuanto antes al pediatra o al oftalmólogo si observas
alguno de estos síntomas:
·
Si tiene problemas para ver
de cerca o de lejos: se acerca demasiado a los libros o la TV
·
Cuando se le nota algún tipo de desviación en
los ojos
·
Si hay alguna anomalía en los
párpardos, como un párpado caído
·
Tiene mirada errática,
mueve los ojos en distintas direcciones sin llegar a fijarla
·
Tiene los ojos rojos, legañas o lagrimeo
constante
·
Se queja de dolor de cabeza u ocular
·
Se frota los ojos de forma constante
·
Le cuesta coordinar sus
movimientos
·
Parece más torpe de
lo habitual
·
En general, siempre que se note algo
extraño en su mirada u ojos
Los problemas visuales más comunes en niños
Es muy importante prestar atención a la salud ocular de
los niños. Al igual que ocurre en los adultos, las enfermedades de la vista en
niños puede aparecer de manera gradual, tan poco a poco que son difíciles de
detectar, hasta que de repente se convierte en un problema. Por eso las
revisiones oftalmológicas infantiles y la detección precoz son fundamentales.
Estas son algunas de las enfermedades de los ojos en niños
más habituales:
·
Cataratas congénitas: El cristalino, la lente de detrás del iris, es opaco de forma
parcial o total y el niño tiene vista borrosa
·
Estrabismo: Uno de los ojos o ambos tienen una desviación en su posición
·
Ojo vago: La agudeza visual de uno de los ojos se desarrolla menos que
la del otro. Suele surgir a causa de un estrabismo, el cerebro realiza una
desconexión con el ojo desviado y no tiene en cuenta las imágenes que recibe.
·
Miopía: El niño muestra dificultad para ver de lejos
·
Hipermetropía: Le resulta difícil ver objetos cercanos
·
Astigmatismo: El globo ocular no es perfectamente esférico y crea imágenes
borrosas
·
Daltonismo: Cuando el niño no puede percibir correctamente uno o varios
colores y le cuesta distinguirlos unos de otros
Cómo hacer que en el examen de la vista para niños vaya
todo bien
Para un adulto, graduarse la vista es
algo sencillo y rutinario, pero para los niños someterse a una revisión ocular
por primera vez puede ser un poco abrumador. Sigue estos consejos para que todo
vaya como la seda:
1. Acompáñale. Está permitido a los padres estar con el niño en
todo momento.
2. Recuérdale que no hay respuestas correctas o incorrectas, se
trata de que sean sinceros.
3. Si el niño duda en algún paso, pídele al optometrista que vuelva
a describir la tarea despacio y paso a paso.
4.
Explícale todas las fases de la
revisión oftalmológica a tu niño antes de ir, para que se mentalice y sepa en
todo momento en qué va a consistir.
Aproximadamente un 25% de
los niños presentan algún problema visual y,
en un tercio de los casos, los problemas de vista son los responsables
del fracaso escolar. En los últimos años, el aumento del uso de pantallas para trabajar y jugar
ha supuesto mayor exigencia visual, y ello ha tenido repercusiones. Los trastornos refractarios han
aumentado en los últimos años, como la miopía en el caso de los
niños. Pero la causa no es exclusivamente debido a las horas de pantalla, sino
también a la falta de tiempo al aire libre y a la exposición a la luz natural.
¿Qué papel juega la vista en el
desarrollo del niño?
La visión es uno de los sentidos fundamentales a la hora
de llevar a cabo el aprendizaje durante la infancia. La visión es clave para la
adquisición de la lectoescritura, la psicomotricidad y la coordinación ojo-mano.
Desde que nacemos la vista juega un papel muy importante
y contribuye a que el bebé tenga
un proceso correcto de desarrollo, conocimiento del medio, aprendizaje y
relaciones sociales. Lo mismo ocurre cuando el niño comienza la etapa
escolar, ya que la vista contribuye a su buen rendimiento escolar.
Si no ven bien la pizarra, los libros, al profesor… el desempeño de sus tareas
del día a día y hacer los deberes se verán afectados.
Pero además es importante a la hora de practicar deportes, relacionarse con los compañeros y cualquier
otra actividad de ocio. A través de la vista, los niños pueden
seguir las indicaciones del entrenador y adquieren habilidades motoras para
desenvolverse con éxito en las actividades físicas, interactuar con a sus
compañeros y percibir el esquema de juego o la estrategia del equipo.
Algunas veces cuando decidimos llevar al niño al oculista
es porque él mismo se ha quejado de problemas de visión. Sin embargo, la primera visita al oftalmólogo infantil debería
realizarse a los 6 meses de edad. Si todo está
bien, se debe repetir a los 3 años que es
cuando se inicia la escolarización. Y a partir de ese momento, podemos
instaurar la rutina de llevar al niño al oculista 1 vez al año. No debemos esperar a que surja el
problema, sino que debemos adelantarnos acudiendo a una revisión con el oftalmólogo infantil.
Esta revisión incluye la realización de una historia clínica que recoge los antecedentes
oftalmológicos familiares y se completa con una exploración
ocular dilatando la pupila. Aunque es una prueba algo molesta merece
la pena porque aporta muchísima información y permite identificar
patologías que de otra forma se podrían pasar por alto como
problemas de refracción y alteraciones menos evidentes como estrabismo o el ojo
vago.
¿Cómo saber si tu hijo tiene
problemas de vista?
Algo que puede pasar es que el niño no se queje de que ve mal. Esto puede
suceder por dos motivos, porque sea muy pequeño para
comunicárnoslo o porque si siempre ha tenido un problema visual,
no es consciente de que ve mal o de que podría ver mejor. Por este motivo, la
observación es muy importante.
En ocasiones es el profesor quién alerta a los padres de
que el niño no ve bien la pizarra en el colegio. Pero los padres también pueden estar atentos a ciertos comportamientos que
les ayuden a sospechar si su hijo sufre problemas de vista. ¿Cómo podemos
detectarlo?
·
Entrecierra
los ojos cuando tiene que
mirar de lejos o fijar la vista en algún punto como la pizarra o la televisión.
·
No enfoca
la mirada en lo que se le
señala.
·
Le duele
la cabeza o se queja de que ve
doble o borroso o de que las líneas o las letras se deforman o se mueven. Estos
síntomas aparecen al finalizar la jornada escolar o después de hacer los
deberes.
·
Se acerca mucho al libro o
libreta para leer o escribir.
·
Leer o
escribir con demasiada lentitud para
lo que sería normal a su edad o saltarse renglones al leer también son un signo
de alarma.
·
Se sienta
muy cerca de la televisión para
verla bien.
·
No
participa en actividades deportivas que
requieran agudeza visual o puntería.
·
La
comprensión lectora es muy baja.
·
Se tapa o
guiña un ojo para ver mejor.
·
Tiene
fotofobia (le molesta la luz
intensa) o le cuesta adaptarse a ver en ambientes oscuros.
·
Frunce el
ceño para leer o sigue con el dedo
la línea de lo que va leyendo.
·
Se le
irritan o le lloran los
ojos. Parpadea con demasiada frecuencia.
·
Tropieza
con facilidad, tiene mala puntería o
recibe balonazos o golpes frecuentes en clase de Educación Física o jugando en
el patio.
·
Ladea la
cabeza para mirar un
objeto.
Lo que debes saber…
o
Aproximadamente un 25% de
los niños presentan algún problema visual y, en un tercio de los casos, son las
responsables de un posible fracaso escolar.
o
Es importante acudir al
oftalmólogo infantil. Las revisiones escolares pueden dar una pista sobre
problemas visuales generales (miopía, hipermetropía o astigmatismo), pero
pueden pasar por alto patologías oculares, problemas de refracción y otras
alteraciones visuales menos evidentes como el ojo vago.
o
Quejarse de dolor de
cabeza a menudo, ver doble o borroso, sobre todo al acabar la jornada escolar o
tras hacer los deberes, son síntomas que deben alertar a los padres.
Todo lo dicho es importante, pero son los
padres los que ven actos y hechos que llaman la atención.
El médico oftalmólogo les ayudará a diferenciar
la necesidad, el capricho o una mala costumbre.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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