El ojo seco es, junto a los sofocos, uno de los síntomas más frecuentes de la menopausia, causado por las alteraciones hormonales propias de esta etapa. De hecho, se estima que seis de cada diez mujeres padecen este problema, el cual se puede prevenir y, si aparece, se debe tratar para no poner en riesgo la salud de los ojos.
Menopausia: Cómo prevenir la sequedad ocular. Es uno de los síntomas más característicos de la menopausia, el ojo seco, provocado por las alteraciones hormonales propias de esta etapa. Una molestia que, según datos médicos, afecta a seis de cada diez mujeres, de igual manera que la sequedad también puede afectar a la piel. La sequedad ocular se puede prevenir o, al menos, combatir sus síntomas. Es, además, importante prestarle atención a este problema, que puede provocar inflamación o daños en la córnea.
Los cambios hormonales propios de la menopausia están detrás de uno de los síntomas, junto a los sofocos, más frecuentes en esta etapa. La sequedad ocular (ojo seco) no solo es molesta, sino que puede provocar dolor y, si no se trata de manera adecuada, poner en riesgo la salud de nuestros ojos. El uso de colirios, así como seguir una dieta rica en ácidos grasos esenciales (Omega 3 y Omega 6), son algunos de los consejos que podemos seguir para prevenir o combatir síntomas como picor, sensación de tener un objeto extraño en el ojo,cansancio, visión borrosa, irritación, lagrimeo en momentos puntuales o dificultades para usar lentes de contacto. El humo, el aire acondicionado o el viento pueden resultar excesivamente molestos cuando se padece sequedad ocular.
Durante la etapa de la menopausia se produce un descenso de hormonas, las cuales también tienen una función en la lubricación de los ojos (producción de lágrimas). Cuando se pierde lubricación, aparece la sequedad, un síntoma que también puede afectar a la piel en general. De hecho, según datos médicos, se estima que seis de cada diez mujeres padecen sequedad ocular en la menopausia. Una dolencia que puede aparecer en la etapa previa a la menopausia.
Cuando los síntomas de la sequedad ocular no remiten pueden, la sequedad ocular puede conllevar una inflamación, enrojecimiento, hinchazón y picor. Debemos prestarle atención porque, si no se diagnostica y trata de manera adecuada, puede poner en riesgo la salud de los ojos, por ejemplo, al dañar la córnea. La dificultad para producir lágrimas también aumenta los riesgos de infección ocular, ya que no podemos olvidar que éstas se encargan de limpiar el ojo y son una ayuda, por ejemplo, cuando un objeto extraño se introduce en el ojo.
Las gotas o colirios son dos de los fármacos más usados para tratar los síntomas del ojo seco. Los colirios son, sobre todo, efectivos para ayudar al parpardeo. No obstante, si notamos alguno de los síntomas señalados, se debe consultar siempre al médico, tanto para corroborar las causas de aparición del problema como para determinar cuál es el tratamiento más adecuado.
La salud de nuestros ojos está en nuestras manos. ¿Cómo? Siguiendo unos hábitos saludables que nos ayudarán a cuidarlos y a retardar, como en este caso, su posible aparición. Además de seguir una alimentación sana, variada y rica en ácidos grasos esenciales, los factores ambientales juegan un papel importante. Así, por ejemplo, es importante mantener una temperatura y humedad adecuada en los espacios cerrados (casa, coche, lugar de trabajo). Para ello, podemos utilizar un humidificador o elevar demasiado la calefacción o el aire acondicionado.
Si nos gusta leer, un hábito saludable para la memoria, es aconsejable parpadear a menudo. Mismo consejo si pasamos mucho tiempo delante de la pantalla del ordenador.
Disponemos de un arsenal terapéutico muy amplio y variado. Las lagrimas artificiales y naturales, junto a la ciclosporina y otros son adecuados, aptos y válidos para tratar casi todos los sintomas.
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