Relación entre uso de pantallas con un peor desarrollo de los niños
Los que más
tiempo las consumen a los dos y tres años menos capacidades alcanzan con tres y
cinco
"Los padres pueden pensar en las pantallas
como si les dieran comida basura a sus hijos: en pequeñas dosis no es tan malo,
pero con exceso tiene consecuencias", afirma la psicóloga Sheri Madigan.
Hoy se ha hecho público su último estudio, en el que se empezó a trabajar hace
una década, reclutando a embarazadas dispuestas a que se analizara el
desarrollo de sus futuros bebés. En concreto, cómo les afectaría el tiempo que
pasan delante de pantallas: televisión, ordenadores, videojuegos, tabletas,
móviles... "Este estudio muestra que, con exceso, el tiempo frente a la
pantalla puede tener consecuencias para el desarrollo de los niños",
resume Madigan, investigadora de la Universidad de Calgary. Además, esta
relación podría tener un componente socioeconómico.
El estudio, que siguió a 2.400 niños
canadienses, mostró que cuanto mayor era el tiempo pasado delante de pantallas
a los dos y tres años, peor era el desempeño de estos críos a los tres y cinco
años, cuando se les realizaba un test de desarrollo. Este examen analiza su
progreso en cinco dominios clave: comunicación, habilidades motoras (gruesas y
finas), resolución de problemas y habilidades sociales. "Para medir la
comunicación en un niño de tres años, por ejemplo, preguntamos si un niño puede
formar una oración de cuatro palabras o identificar las partes más comunes del
cuerpo", explica Madigan. Y añade otros ejemplos, de las 30 pruebas
realizadas: "Para las habilidades motoras, observamos si un niño puede
ponerse a la pata coja o poner cuentas en una cuerda". Las diferencias
dependiendo del uso de estos aparatos eran modestas pero significativas a lo
largo de las tres oleadas del estudio, según la psicóloga, que dirige el
laboratorio especializado en estudiar los determinantes del desarrollo infantil
de la universidad canadiense. Entre los niños estudiados, el pico de uso de
pantallas se dio a los tres años, antes de escolarizarse, con 25 horas semanas
de media.
El estudio expone que el desarrollo infantil se
despliega rápidamente en los primeros cinco años de vida, por lo que es un
período crítico de crecimiento y maduración. Y el mecanismo por el que estos
aparatos lastran ese despliegue es sencillo: "Cuando los niños pequeños
están observando pantallas, pueden perder oportunidades importantes para
practicar y dominar las habilidades interpersonales, motoras y de
comunicación", explica el estudio. Por ejemplo, cuando están ante la
pantalla sin un componente interactivo o físico se hacen más sedentarios y, por
lo tanto, no practican habilidades como caminar y correr, que a su vez retrasan
el desarrollo en este campo. Las pantallas también pueden interrumpir las
interacciones con sus padres y su entorno al limitar las oportunidades de
intercambios sociales verbales y no verbales, que son esenciales para fomentar
un crecimiento óptimo, según este trabajo.
Los dispositivos digitales y las pantallas son
ahora omnipresentes en las vidas de los niños y en los últimos años varios
estudios han encontrado asociaciones negativas con el excesivo tiempo de ocio
que les dedican, explican los autores de este estudio, que se publica en JAMA Pediatrics (de
la Asociación de Médicos de EE UU). Por ejemplo, ya se sabía que el abuso de la
tele hace que el habla avance más lentamente entre los más pequeños. Que las
pantallas perjudican el sueño de los menores en una etapa crucial. Y que
incluso en críos más mayores, alrededor de los diez años, también parecen
lastrar su desarrollo cognitivo.
El abuso de estos aparatos retrasa
el desarrollo del habla y perjudica al sueño de los más pequeños, un
elemento esencial en ese periodo
Una de las principales limitaciones de este
estudio, como sus precedentes, es que no se hace ningún tipo de distinción por
aparato, contexto o tipo de contenido. Es decir, una hora a solas ante la
tableta viendo vídeos online en bucle cuenta igual que una hora viendo un
programa interactivo de baile junto a su madre.
Para Madigan es probable que
cuando se analicen estos detalles aparezcan diferencias mucho más
significativas. De este modo, quizá podríamos saber en detalle cuáles son los
hábitos realmente nocivos para los pequeños y cuáles completamente inocuos,
aunque se hagan mirando a una pantalla igualmente. La Academia de Pediatría de
EE UU recomienda limitar el uso de todos estos medios porque
"puede significar que los niños no tienen suficiente tiempo durante el día
para jugar, estudiar, hablar o dormir". La Sociedad Española de Pediatría
Extrahospitalaria y de Atención Primaria defiende que "los niños menores
de dos años no deben ver televisión".
Una más; esperamos no cansarnos de incidir en
ello.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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