La tomografía de
coherencia óptica, prueba fundamental para el diagnóstico precoz del glaucoma.
La Tomografía de Coherencia Óptica (OCT) se ha
convertido en los últimos años en una prueba fundamental para diagnosticar
enfermedades de la vista, sobre todo para el diagnóstico del glaucoma, gracias
a la cantidad de información que es capaz de captar.
Esta tecnología utiliza un haz de luz que no afecta
al ojo en absoluto para detectar alteraciones en el nervio óptico.
“la Tomografía de Coherencia Óptica favorece el
diagnóstico precoz del glaucoma, dato totalmente necesario para poder comenzar
con el tratamiento en sus primeras fases, ya que uno de los principales
problemas de esta patología es que no presenta síntomas hasta que ya está
bastante avanzada y es más difícil de tratar”.
El glaucoma se origina por un aumento de la presión
intraocular, generalmente debido a causas genéticas, y se caracteriza por una
pérdida progresiva de las fibras nerviosas del nervio óptico. Se manifiesta por
una pérdida gradual de la visión periférica, conservando el afectado sólo la
visión central. Esta patología comienza a aparecer a los 40 años, siendo más
común a partir de los 60 (dos casos por cada 100 habitantes a partir de los
sesenta años).
El glaucoma no tiene curación (salvo casos
excepcionales en los que interviene la propia morfología del ojo) pero puede
pasar a ser una enfermedad crónica tratada con gotas oftalmológicas, láser o
cirugía.
Un diagnóstico tardío o un tratamiento erróneo
pueden desembocar en una ceguera absoluta. De hecho, el glaucoma es la
segunda causa de ceguera en occidente después de la degeneración macular.
La Tomografía de Coherencia Óptica es una técnica
de diagnóstico no invasiva que utiliza para su realización un haz lumínico que
no afecta al ojo en absoluto y que proporciona mapas de sección
transversal in vivo del tejido analizado.
Otra de las ventajas de esta técnica es que es muy
rápida, ya que su duración es inferior a cinco minutos.
Esta tecnología utiliza un método que se conoce
como interferometría de baja coherencia que ofrece una
penetración lumínica en milímetros (entre 2 y 3 milímetros en el tejido en
cuestión) con resolución axial y transversal en escala micrométrica.
Cuando se trata de glaucoma, se analizan el nervio
óptico y la capa de fibras nerviosas de la retina, que en los primeros estadios
de la enfermedad sufren un adelgazamiento, al igual que sucede en las
estructuras del ángulo camerular del segmento anterior.
Esta es una técnica muy útil, “ya que, en muchas
ocasiones es difícil definir cambios y posibles pérdidas de las fibras
nerviosas en la exploración biomicroscópica tradicional”.” Por esta razón, cada
vez se realizan más Tomografías de Coherencia Óptica para completar el
diagnóstico”.
La valoración de la capa de fibras nerviosas de la
retina y la papila óptica a través de esta tomografía ofrece una apreciación
objetiva, cuantitativa y de alta resolución, por ello es la técnica más
utilizada para el diagnóstico y tratamiento del glaucoma.
Sin embargo, la Tomografía de Coherencia Óptica
para el diagnóstico del glaucoma, no es efectiva en pacientes con papilas
ópticas con un patrón morfológico distinto de lo esperado, como por ejemplo
aquellos que tienen una gran miopía y su pupila desarrolla una disposición
oblicua, porque el software de esta tecnología está diseñado
con un patrón de nervio óptico estándar y no realiza análisis de variantes
anatómicas.
La detección temprana, mediante exámenes
oculares habituales y completos, es la clave para proteger su visión del daño
que provoca el glaucoma.
Es importante que se realice un examen de ojos regularmente. Debe
analizarse los ojos:
·
antes de los 40 años, cada dos a cuatro años;
·
desde los 40 años hasta los 54 años, todos los años a cada tres
años;
·
desde los 55 años hasta los 64 años, todos los años a cada dos
años;
·
después de los 65 años, cada seis a 12 meses.
Toda persona que presente factores de riesgo
elevados debe someterse a un examen oftalmológico completo
todos los años o cada dos años después de los 35 años.
Si usted es
diagnosticado con glaucoma, existen muchos tratamientos efectivos disponibles,
pero queremos más. Nuestro objetivo en GRF es ayudar a encontrar una
cura. Su apoyo financiero
continuo puede hacer realidad esta meta.
Por motivos de seguridad y precisión, deben controlarse cinco
factores antes de llegar a un diagnóstico de glaucoma:
Se debe examinar... |
Nombre de la prueba |
La presión ocular
interior |
Tonometría |
La forma y el color
del nervio óptico |
Oftalmoscopia
(examen del ojo dilatado) |
La totalidad del
campo visual |
Perimetría (prueba
del campo visual) |
El ángulo del ojo
donde el iris se encuentra con la córnea |
Gonioscopia |
El espesor de la
córnea |
Paquimetría |
Los chequeos habituales del glaucoma incluyen dos pruebas de ojos
de rutina: tonometría y oftalmoscopia.
Tonometría
La tonometría mide la presión en el interior del ojo. Durante la
tonometría, se usan gotas oftálmicas para anestesiar el ojo. A continuación, un
médico o técnico usa un instrumento llamado tonómetro para medir la presión
interior del ojo. Se aplica una pequeña cantidad de presión en el ojo mediante
un diminuto instrumento o una ráfaga cálida de aire.
El intervalo de presión normal es de 12 a 22 mm Hg (“mm Hg” hace
referencia a milímetros de mercurio, una escala que se utiliza para registrar
la presión ocular). La mayoría de los casos de glaucoma se diagnostican con una
presión que supera los 20 mm Hg. Sin embargo, algunas personas pueden tener
glaucoma con presiones de entre 12 y 22 mm Hg. La presión ocular es exclusiva
de cada individuo.
Oftalmoscopia
Este procedimiento de diagnóstico ayuda al médico a examinar su
nervio óptico para detectar daños a causa del glaucoma. Se utilizan gotas
oftálmicas para dilatar la pupila de modo que el médico pueda observar a través
del ojo y examinar la forma y el color del nervio óptico.
A continuación, el médico usará un pequeño instrumento con una luz
en el extremo a fin de iluminar y ampliar el nervio óptico. Si la presión
intraocular no se encuentra dentro del intervalo normal o si el nervio óptico
tiene un aspecto inusual, es posible que su médico le solicite que se realice
uno o dos exámenes adicionales para el glaucoma: perimetría y gonioscopia.
Perimetría
La perimetría es una prueba del campo visual que genera un mapa de
la totalidad de su campo visual. Esta prueba ayudará al médico a determinar si
el glaucoma ha afectado su vista. Durante la prueba, se le pedirá que fije la
vista hacia el frente y, luego, indique cuando una luz en movimiento pase por
su visión periférica (o lateral). Esto ayuda a trazar un “mapa” de su vista.
No se preocupe si hay una demora al ver la luz a medida que se
mueve hacia su punto ciego o alrededor. Esto es totalmente normal y no
significa necesariamente que su campo visual esté dañado. Intente relajarse y
responda de la manera más precisa posible durante la prueba.
Es posible que su médico desee repetir la prueba para observar si los
resultados son iguales la próxima ocasión en que se lo realice. Una vez
confirmado el diagnóstico de glaucoma, generalmente se realizan pruebas de
campo visual entre una y dos veces al año para verificar si se produjeron daños
en la vista.
Gonioscopia
Este examen de diagnóstico ayuda a determinar si el ángulo donde
el iris se encuentra con la córnea es abierto y amplio o estrecho y cerrado.
Durante el examen, se usan gotas oftálmicas para anestesiar el ojo. Se coloca
suavemente en el ojo una lente de contacto portátil. Esta lente de contacto
tiene un espejo que le indica al médico si el ángulo entre el iris y la córnea
está cerrado y bloqueado (posible indicio de glaucoma de ángulo cerrado o
agudo) o amplio y abierto (posible indicio de glaucoma de ángulo abierto o
crónico).
Paquimetría
La paquimetría es una prueba simple e
indolora que mide el espesor de la córnea (la ventana transparente que se
encuentra en la parte frontal del ojo). Se coloca suavemente una sonda llamada
paquímetro en la parte frontal del ojo (la córnea) para medir su espesor. La paquimetría
puede ayudar a su diagnóstico ya que existe la posibilidad de que el espesor de
la córnea influya en las lecturas de presión ocular. Con esta medición, su
médico podrá comprender mejor su lectura de PIO y desarrollar
un plan de tratamiento adecuado para usted. El procedimiento requiere tan solo
un minuto, aproximadamente, para medir ambos ojos.
El diagnóstico del glaucoma no siempre es sencillo, y una
evaluación cuidadosa del nervio óptico continúa siendo esencial para el
diagnóstico y el tratamiento. La preocupación más importante es proteger su
visión. Los médicos observan diversos factores antes de tomar decisiones sobre
su tratamiento. Si su afección es particularmente difícil de diagnosticar o tratar,
es posible que sea remitido a un especialista en glaucoma. Siempre es sensato
contar con una segunda opinión si usted o su médico tienen inquietudes sobre su
diagnóstico o su progreso.
La
Tomografía de Coherencia Óptica es una prueba breve y absolutamente indolora. No requiere de contacto directo
con el ojo, por lo que no se aplica anestesia y en principio, ni siquiera es
necesario dilatar la pupila aunque en algunos casos, se procede a ello con el
simple objeto de obtener imágenes de mayor calidad.
Así pues, el paciente no debe
realizar ningún tipo de preparación previa a la prueba, sino que tan solo debe mirar un punto luminoso fijo, en
la pantalla del aparato, durante unos minutos.
Al no existir ni
contraindicaciones ni efectos secundarios, es una prueba que puede realizarse también en niños.
Podemos afirmar que la Tomografía
de Coherencia Óptica está especialmente indicada para todos aquellos casos en
los que, por observarse cambios en la retina, es necesaria una información
adicional que ayude a obtener un
diagnóstico más preciso y detallado.
Con el
uso de la Tomografía de Coherencia Óptica se puede realizar una detección
temprana de enfermedades que afectan a la retina y al nervio óptico, establecer el tratamiento
más adecuado y llevar a cabo un seguimiento de su evolución pues es una técnica
que permite detectar cualquier cambio o defecto, por pequeño que sea, en dichas
zonas.
De esta forma, es posible obtener una evidencia de la
afectación incluso antes de que ésta provoque, finalmente, una
pérdida de visión, ya sea parcial o total. Por ello es una prueba diagnóstica esencial en cualquier
consulta de oftalmología que se precie.
Aporta información de la capa de
fibras nerviosas y células ganglionares, de importancia capital para saber si
hay enfermedad o no; si una hipertensión ocular hay que tratarla o no; y en fin
para dilucidar cuan de dañada esta nuestra retina y/o nervio óptico.
Tenemos el único OCT de la zona,
y por desgracia falta en muchas consultas del lugar, que diagnostican y tratan
glaucomas a veces inexistentes. Aportamos nuestra ayuda, pero …
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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