Apolipoproteína B: nuevo indicador de
presión intraocular elevada.
Análisis de la relación entre niveles
de apolipoproteina en suero y presión intraocular
El glaucoma es una patología
oftalmológica progresiva que se caracteriza por daño del disco óptico y
defectos del campo visual que originan pérdida de visión. Algunos estudios
anteriores han encontrado que los principales factores de riesgo son
antecedentes familiares de glaucoma, miopía severa o presión intraocular (PIO)
elevada. De estos factores de riesgo, el único que se puede controlar es la
PIO.
Aunque no se conocen con claridad los
mecanismos que provocan el aumento de la PIO, estudios recientes han informado
asociaciones entre parámetros de salud sistémicos, como hipertensión, diabetes
e índices de obesidad y aumento de la PIO. La hipertensión, diabetes,
dislipidemia y obesidad también han sido asociados con factores de riesgo
cardio metabólicos, lo que indica que existen mecanismos comunes que vinculan
el aumento de PIO con el riesgo cardio metabólico.
La dislipidemia es un factor de
riesgo de patologías coronarias conocido y el indicador más útil para
determinar la patología coronaria es la apolipoproteína B.
Pocos estudios han investigado la relación entre el nivel de apolipoproteína y PIO.
En el presente estudio, se analizaron las relaciones entre PIO y perfiles lipidicos, como APO A1 y APO B.
Participaron del estudio pacientes
sanos (28852) de un hospital comunitario, que se realizaron chequeos entre
enero de 2011 y diciembre de 2013. Se registró la edad, índice de masa
corporal, presión sanguínea sistólica y diastólica, nivel total de colesterol,
triglicéridos, colesterol HDL y LDL y apolipoproteina A1 (APO A1) y
apolipoproteina B, ( APO B), el cociente entre ambos y PIO.
Los resultados de nuestro análisis
indican que la PIO está significativamente correlacionada en forma positiva con
colesterol total, triglicéridos, colesterol LDL, APO B y APO B/APO A1, pero de
manera negativa con colesterol HDL.
Las investigaciones indican que la
PIO aumenta con la edad entre pacientes de origen caucásico. Por el contrario,
en estudios japoneses y coreanos la PIO disminuye con la edad. Esta diferencia
se atribuye a diferencias raciales, hormonales y medioambientales. Sin embargo,
otro estudio mostró una tendencia de la PIO a aumentar con la edad,
probablemente debido a la occidentalización de la dieta, especialmente en
adultos jóvenes con mayores niveles de hipertensión, obesidad y PIO más
elevada.
Por otro lado, hombres mayores
mostraron una disminución significativa de la PIO en este estudio, mientras que
en las mujeres hubo un incremento significativo de la PIO con la edad.
Estas diferencias entre sexos pueden atribuirse a diferencias hormonales o
indicar una transición al patrón occidental. Hacen falta nuevos estudios para
determinar si dichos estudios sobre población asiática que mostraban una
correlación negativa entre edad y PIO reflejan un cambio ante la
occidentalización o si se deben a características genéticas o raciales.
Muchos estudios han indicado que la
obesidad incide en el aumento de la PIO y que la hipertensión sanguínea aumenta
la presión en la arteria ciliar intraocular, lo que estimula la generación de
humor acuoso aumentando la PIO. Coincidentemente, el presente estudio encontró
correlación positiva entre índice de masa corporal y presión sanguínea con la
PIO.
La PIO aumenta con los niveles de
colesterol total. Kelin et al sugirieron que con mayores niveles de colesterol
se produce más tejido adiposo orbital, lo que aumenta la presión orbital e
induce el aumento de la presión y disminución de la salida de humor acuoso,
aumentando la PIO.
El consumo de grasas elevado aumenta
el riesgo de obesidad que eleva los niveles de triglicéridos y disminuye el
nivel de colesterol HDL. Todo esto induce el aumento de la PIO.
En el presente estudio el análisis
arrojó una correlación negativa entre colesterol HDL y PIO, pero positiva entre
LDL y PIO, en coincidencia con los resultados de un estudio reciente. Otros
estudios, sin embargo difieren en estas correlaciones entre colesterol HDL y
LDL y PIO, por lo que deberá seguir investigándose para clarificar el
tema.
APO A1 es el principal componente de
colesterol HDL, mientras que APO B lo es del colesterol LDL, este último está
reconocido como mejor indicador que el colesterol LDL en las patologías cardio
metabólicas.
Pocos estudios han investigado la
apolipoproteina y la PIO para determinar su potencial uso como indicador de
aumentos en la PIO, en vez del colesterol HDL y LDL, dado los resultados
contradictorios de los estudios publicados.
Los resultados de nuestro análisis de
regresión indican que APO A 1 estuvo correlacionada de forma negativa con la
PIO, al igual que el colesterol HDL y APO B se correlacionó positivamente
con la PIO, como el LDL y el cociente APO B/APO A1 también tuvo una correlación
positiva.
En el presente estudio, se encontró
que APO B estuvo fuertemente correlacionada con la PIO, sin importar el sexo.
Deberán realizarse nuevos estudios
para confirmar la validez del nivel de apolipoproteina como indicador para
predecir el incremento de PIO.
De todos los perfiles lipidicos
investigados, la apolipoproteina B fue el que estuvo más fuertemente
correlacionado con la PIO, sin importar el sexo. Deberán realizarse nuevos estudios
para confirmar la validez del nivel de apolipoproteina como índice para
predecir la PIO.
Interesante trabajo, estamos a la
espera de nuevos estudios.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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