Su consumo dietario
reduce el riesgo de ocurrencia y el de progresión.
Un estudio publicado en la revista de la Asociación Americana de Oftalmología ha examinado el impacto de los micronutrientes dietarios sobre las cataratas
nucleares. Los resultados indican que los hábitos
alimenticios tienen un importante impacto tanto en el riesgo de sufrir
cataratas como en el de progresión a lo largo de un período de 10 años. El
estudio, realizado en 324 hermanas gemelas, demuestra que los factores
genéticos contribuyen solamente en un 35% a la progresión y gravedad de las
cataratas heredables.
Mientras que el manganeso y los suplementos alimenticios protegieron solamente de la ocurrencia de las cataratas, la vitamina C protegió,
además, de su progresión. Aunque se conoce que el ascorbato, una mezcla
racémica de vitamina C, se acumula en el humor acuoso y protege a la retina del
estrés oxidativo, algunos expertos consideran que la evidencia es conflictiva y
que no debe ser considerada como un incentivo para el consumo de vitaminas a
través de complementos alimenticios. La Sociedad Alemana de Oftalmología ha
indicado al respecto que existen multitud de frutas y verduras con un contenido
de vitamina C incluso superior al de las naranjas, como el brócoli y algunos
tipos de coles.
Este es el primer estudio en demostrar que la
vitamina C dietaria evita la progresión de la opacidad en el cristalino.
Cierto, obvio y ahora mejor estudiado.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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