La exposición solar incrementa el riesgo de padecer
alteraciones en el cristalino. El
uso de gafas de sol homologadas podría reducir la probabilidad.
Mantener una larga exposición al sol incrementa en un 4%
la posibilidad de desarrollar alteraciones en el cristalino y, ante esto, un
grupo de expertos han insistido en que el uso de gafas de sol homologadas
podría reducir dicha probabilidad en un 2%.
Esto se debe a que, a pesar de que la mayor parte de
radiación nociva proveniente del sol es absorbida por la atmósfera, los rayos
ultravioletas que alcanzan la superficie terrestre son suficientes para causar
complicaciones en la retina y en la córnea.
Por ello, es fundamental elegir unas buenas gafas de sol y
una de las condiciones es que estén marcadas con el sello de la Comunidad
Europea (CE), ya que indica que respeta la normativa.
Además, "no se debe olvidar que la gafa de sol es un
elemento importante para la salud visual y, por tanto, su adquisición debe
estar supervisada por un médico.
A la hora de elegir correctamente unas gafas es importante
conocer el grado de filtración necesario para el entorno y, de acuerdo con la
normativa europea, los filtros de protección solar se clasifican en cinco
categorías, del 0 al 4.
Para conducir es correcto el uso de una protección de
categoría 1,2 o 3, porque el 4 podría dificultar la percepción de las señales
de tráfico. En verano, "con una protección de categoría 2 o 3 es
suficiente, pero en el caso de que practiquemos deportes de agua o en alta
montaña sería adecuado utilizar protección del 4".
Respecto a los niños y personas mayores, hay que tener
especial cuidado porque son muy sensibles a la radiación ultravioleta. Por
ello, es recomendable el uso de categorías 2 y 3, así como de lentes y varillas
resistentes.
El precio no es un parámetro de calidad y el color de la
lente tampoco es un indicativo de la protección que ofrece. "Existen
lentes excesivamente oscuras que no filtran correctamente la luz ultravioleta
favoreciendo una mayor dilatación pupilar y un incremento de la radiación que
recibe el ojo".
La radiación ultravioleta es un factor de riesgo para los
ojos y "produce un efecto acumulativo que podría desencadenar en problemas
en los fotorreceptores, mala visión de forma progresiva, degeneraciones
maculares o en la aparición de un tenido que invade la córnea, conocido como la
palmera".
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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