En mi labor diaria, veo como por motivos varios ( abuso de lentes de contacto, inadecuado parpadeo, ambientes tóxicos, exceso de maquillaje, blefaritis descuidadas, y … ) que nuestra lagrima se estropea, provocando alteraciones de la superficie ocular, y las consiguientes molestias y un devenir habitual por las consultas de los médicos especialistas.
La lagrima supone un marco indispensable para la buena función visual. Paso a explicar algunas caracteristicas de interés.
La lágrima tiene tres fracciones diferentes, que se producen en glándulas distintas:
º Las glándulas lagrimales segregan la fracción acuosa, que constituye el 99% del total lacrimal.
º La conjuntiva, que tapiza lo blanco del ojo y la pared posterior de los párpados, está sembrada de millones de células caliciformes que producen mucina, la cual es menos del 0’5% del total lacrimal.
º Los párpados tienen en su espesor las glándulas de Meibomio ( que cuando enferman producen los orzuelos y los chalazión), que producen grasa en cantidades ínfimas
Estos tres componentes se disponen sobre la superficie ocular en tres estratos:
º La mucina se extiende sobre la superficie de la córnea, siendo el estrato más posterior de la lágrima.
º La lágrima acuosa se coloca sobre la mucina formando el estrato medio
º La lágrima grasa, se extiende como una finísima película sobre la acuosa, formando el estrato más exterior, el anterior.
La superficie de la córnea es hidrofóbica, es decir, rechaza la lágrima, al igual que una superficie de manteca rechaza el agua. El párpado extiende la mucina sobre la superficie corneal, y la hace hidrofílica, es decir, que acepte la lágrima.
Sobre esta superficie de mucina, que se renueva a cada parpadeo, se extiende la lágrima acuosa, que es la que mantiene húmeda la superficie ocular y lubrifica el parpadeo.
Sobre la capa acuosa se extiende la capa lipídica, como una mancha de aceite se extiende sobre el agua. Esto evita que la lágrima acuosa se evapore fácilmente, además de facilitar la extensión de la capa acuosa sobre la mucínica.
Según lo que falte sea lágrima acuosa, mucínica o grasa se habla de ojo seco, acuodeficiente, mucodeficiente y lipodeficiente. A veces, cuesta entender que un ojo con poca mucina, que no absorbe la lágrima y la deja derramar en gotas, sea llamado por el médico un “ojo seco” mucindeficiente, pero su oftalmólogo sabe que la córnea de ese paciente que lagrimea está “seca”, pues no admite el contacto con la lágrima acuosa.
Todavía hay un cuarto tipo de ojo seco, el ojo seco epiteliopático, en el que aunque abunden las tres fracciones lagrimales, el epitelio enfermo de la córnea, capa externa de la misma, no se deja untar por la mucina, rechazando así los tres componentes lagrimales.
Algunos autores clasifican un quinto grupo de ojo seco, el ojo seco por incongruencia párpado/ojo, es decir, el ojo en el que el párpado padece deformidades o parálisis, y en consecuencia no se aplica adecuadamente sobre la superficie ocular, y por consiguiente, aunque la producción de los tres componentes lagrimales sea normal, el párpado no los extiende sobre el ojo.
Cualquiera, una o varias unidas, que produzcan la disfunción o destrucción de las diversas glándulas que producen la lágrima, otras menos frecuentes serían las lesiones del epitelio corneal, o alteraciones palpebrales, deformidades y parálisis.
-El caso más frecuente de sequedad ocular es la involución senil. Conforme aumenta la edad de una persona, el ojo produce menos lágrima, de forma que ante la misma agresión externa ( viento, humo) una persona de edad siente la sequedad ocular antes que una joven.
-Las mujeres postmenopaúsicas padecen ojo seco con mucha mayor frecuencia que los varones de su misma edad. Durante el embarazo o cuando toma anticonceptivos también es más frecuente el ojo seco. El ojo seco de las postmenopaúsicas se acompaña de otras sequedades de mucosas ( ojo, nariz, boca, vagina secos), y a este síndrome se lo conoce como de Sjögren tipo I. Con gran frecuencia el síndrome de Sjögren se acompaña de enfermedades sistémicas como artritis reumatoide o lupus eritemaroso, y a esta asociación se le llama síndrome de Sjögren tipo II.
-Hay muchas medicinas que cuando se toman por razones extraoculares, hacen segregar menos lágrima y saliva. Entre ellas señalaremos los ansiolíticos (Lexatín, Valium), antidepresivos( Tofranil, Sinogan), antipsicóticos (Meleril, Nobritol), antihistamínicos (Celesemine, Polaramine), anticolinérgicos ( Buscapina, Sulmetín, Papaverina), antihipertensivos (Ameride, Seguril), antiparkinsonianos ( Akineton, Simenet), diuréticos (Higrotona, Seguril), etc. Si se deja de tomar la medicación, se recupera lentamente la secreción lagrimal normal. Comente siempre esta posibilidad con su oftalmólogo.
-Las blefaritis ya sean anteriores o porteriores, Producen una disfuncion de las glándulas de Meibomio provocando que no produzcamos la capa lipídica de forma adecuada y por lo tanto aumentando la evaporación de las otras dos capas
-El uso prolongado de lentillas puede provocar una sequedad crónica que puede continuar incluso dejando de utilizarlas
-Una excesiva elasticidad de los párpados, es decir, lo que conocemos como sindrome de parpado laxo provoca que la lágrima no se reparta por la superficie ocular de forma correcta y de lugar a inflamación y por lo tanto a más sequedad ocular. Hay que tener en cuenta que la sequedad ocular está relacionada íntimamente con la inflamación que tengamos en los ojos.
-Una demasiada concentración en ciertas tareas, como uso del ordenador, ocasiona un descenso del parpadeo y puede llegar a provocar sequedad ocular
-Las operaciones tipo Lasik para eliminar la miopia
Pienso haber dejado con claridad, que antes un ojo seco tenemos que saber la causa cierta, y así entenderemos que una simple lagrima artificial ( de tu farmacia) no servirá lo suficiente. Nosotros, desde la CLINICA OCULA ESTEPONA, aportamos todos los medios diagnósticos y terapéuticos para ayudar a nuestros pacientes.
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