El tratamiento con células madre
parece seguro para enfermedades oftalmológicas graves
Dieciocho
de los primeros adultos con enfermedades oftalmológicas graves que recibieron
trasplantes creados a partir de células madre embrionarias humanas (hESCs por
sus siglas en inglés) no parecen presentar complicaciones casi dos años después
del implante, según el último parte médico. Las pruebas visuales también
indican que la visión de más de la mitad de los pacientes ha mejorado, sin
embargo, otros muchos investigadores piden precaución con los resultados. No
obstante, el resultado puede allanar el terreno al trasplante de células madre
derivadas de células llamadas fotorreceptores, lo que, si todo sale según el
plan, podría mejorar considerablemente la visión de personas con enfermedades
oftalmológicas.
Las
enfermedades oftalmológicas, como la degeneración macular relacionada con la
edad o la enfermedad de Stargardt que afecta a personas jóvenes (distrofia
macular juvenil), son las candidatas idóneas para el tratamiento con células
madre debido a que el ojo es un sitio inmune privilegiado, por lo que las
células trasplantadas no son tan propensas al rechazo como los trasplantes en
otras zonas. (No obstante, los voluntarios de estas pruebas recibieron
inmunosupresores durante 12 semanas como precaución). En teoría, dicho
tratamiento podría repoblar el ojo con células que se habían perdido y, con
ello, ayudar a recuperar la visión perdida. Pero existen distintos obstáculos,
entre ellos: cultivar células suficientes en una placa de petri que conecten
con "la maquinaria existente" en el ojo, afirmó Hendrik Scholl,
codirector del Centro para Células Madre y Medicina Regenerativa Oftalmológica¹
en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, Maryland. Asimismo, todos los
estudios hESC se enfrentan a ciertas cuestiones de seguridad como, por ejemplo,
que las células madre embrionarias puedan proliferar sin control.
El
informe de hoy que aparece en The
Lancet, sigue los pasos de otro del mismo grupo a principios de 2012,
en el que un equipo dirigido por Robert Lanza, director científico de la S. A.
de Tecnología Celular Avanzada² en Marlborough, Massachusetts, junto con sus
compañeros, publicaron los primeros resultados de un ensayo clínico utilizando
células madre embrionarias humanas. El estudio confirmó que los dos primeros
pacientes tratados, ambos considerados legalmente ciegos, no han padecido
ningún efecto negativo relacionado con las células.
Actualmente,
Lanza y Steven Schwartz, que dirigen el grupo de la retina en el Instituto
Oftalmológico Jules Stein en la Universidad de California, Los Ángeles, junto
con sus compañeros, han compartido más detalles sobre los primeros estudios de
dos enfermedades oftalmológicas diferentes. Así, nos describen los resultados
de nueve personas con degeneración macular relacionada con la edad y de otra
nueve con la enfermedad de Stargardt. A todos ellos, voluntarios de entre 20 y
88 años, se les inyectó debajo de la retina una célula particular del ojo:
células del epitelio pigmentario retinal (EPR), que se extrajeron de las hESC
en el laboratorio. Las células EPR tienen grandes ventajas para los primeros
estudios seguros con hESC porque, al ser pigmentadas, también pueden ser
rastreadas. Además, son fáciles de cultivar, de manipular y de controlar en el
laboratorio. La desventaja es que las personas que sufren estas enfermedades,
están perdiendo la vista en gran medida debido a que pierden un tipo diferente
de célula del ojo: los fotorreceptores que captan la luz en la retina.
No
obstante, los resultados del ensayo son esperanzadores. Tras la operación, 13
de 18 pacientes han aumentado la pigmentación, lo que indica que las células
trasplantadas han hecho su trabajo. Los autores también informaron de que 10
pacientes describieron algunas mejoras en su visión, lo que ha sido un resultado
inesperado, declaró Lanza. "En el mejor de los casos pensábamos que,
con suerte, podríamos prevenir la pérdida de visión en este tipo de
pacientes", debido a que las células EPR son también conocidas por ayudar
a mantener los fotorreceptores existentes, en parte por la digestión de los
restos celulares que pierden. Lanza confirmó que "nunca esperamos unas
mejoras tan sorprendentes". Él supone que las células trasplantadas están
restaurando la función de los fotorreceptores "dormidos".
Sin
embargo, las mejoras no tenían relación con la cantidad de pigmentos
adicionales que detectaron los investigadores y Lanza señala con cautela que,
por razones éticas, el estudio no contó con un grupo de control que recibiese
la cirugía sin las células trasplantadas.
Scholl
es optimista, puesto que las células trasplantadas todavía parecen seguras y
afirma que el análisis de las células en los ojos de los destinatarios
"es, en efecto, una indicación de que algo está pasando". El
"pequeño signo" de que la visión mejoró en este grupo podría deberse
a que los fotorreceptores restantes "están expuestos a un ambiente más
saludable". Aunque también podría deberse a la operación de cataratas que
se realizó a muchos pacientes durante el estudio, o al reto de empezar a medir
la visión. Aun así, Scholl recalcó que el trasplante de células EPR "no es
posible" para ese tipo de pacientes, ya que a la larga necesitan nuevos
fotorreceptores para restaurar la visión.
Algunos
grupos, incluyendo el de Lanza, quieren hacer solo eso, trasplantar células
fotorreceptoras. La prueba inicial muestra que estas células, obtenidas de las
hESC, tienen "una capacidad asombrosa" para introducirse en la retina
y restablecer la visión. Sin embargo, son más difíciles de cultivar en el
laboratorio y su ensayo se limita a animales. Con el tiempo, se espera que el
uso de estas células pueda marcar una diferencia abismal en las personas cuya
visión está desapareciendo o ya ha desaparecido.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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