Retinopatía por cloroquina e
hidroxicloroquina
Recomendaciones de la Academia Americana de Oftalmología sobre
estudios para controlar retinopatía debido a nueva información sobre la
toxicidad, factores de riesgo y eficacia de las herramientas de estudio.
La
toxicidad es preocupante porque no es tratable.
Hace años que se
conoce la toxicidad retiniana de la cloroquina y su análogo hidroxicloroquina.
En Estados Unidos se utiliza la hidroxicloroquina, especialmente para el tratamiento
de lupus sistémico, artritis reumatoidea y patologías inflamatorias
relacionadas, como así también problemas dermatológicos. Se ha comenzado a
utilizar para otras patologías como diabetes, patologías cardiacas y para
terapia contra el cáncer. Por lo tanto es importante que oftalmólogos y otros
especialistas conozcan la prevalencia y factores de riesgo de retinopatía.
La Academia Americana
de Oftalmología publicó recomendaciones en 2011, que están siendo revisadas
debido a nuevos descubrimientos científicos. La nueva información ha demostrado
que el peso real es mejor que el ideal para calcular las dosis y que existe
menor riesgo con dosis ≤5 mg/kg de peso real. También se ha descubierto una
distribución distinta de la toxicidad en pacientes de origen asiático, que
muestran daño temprano con un patrón más periférico.
La toxicidad es
preocupante porque no es tratable. Sin embargo, se ha demostrado que la visión
central puede preservarse si se detecta el daño antes de que haya alteraciones
en el epitelio pigmentario retiniano, con un seguimiento adecuado, la
retinopatía en ojo de buey como se la conoce, no debería ser un problema.
La dosis máxima
recomendada por día de hidroxicloroquina es ≤5 mg/kg de peso real. No
existe información demográfica similar para la cloroquina, pero en la
literatura antigua se sugiere utilizar ≤2,3mg/kg de peso real.
El riesgo de
toxicidad depende de la dosis diaria y la duración del tratamiento. En las
dosis recomendadas el riesgo de toxicidad a los cinco años está por debajo del
1% y a los 10 años 2%, pero aumenta a casi 20% después de los 20 años de
tratamiento. Sin embargo, aun después de los 20 años, un paciente sin toxicidad
corre solo 4% de riesgo de verse afectado en el año siguiente.
Los principales
factores de riesgo significativos son las dosis elevadas y la prolongación del
tratamiento. Otros factores de riesgo importantes son patología renal concomitante
o uso de tamoxifeno.
Se recomienda
realizar un examen de fondo de ojo , alprincipio, para descartar maculopatía
preexistente. Se debería comenzar el control de toxicidad después de los cinco
años en pacientes con dosis recomendadas y sin otros factores de riesgo. Los
principales estudios a realizar son: campo visual automatizado y tomografía de
coherencia óptica de dominio espectral. Con estos estudios debería poder verse
más allá de la mácula central para los pacientes asiáticos.
El electro-retinograma
multifocal puede proporcionar confirmación objetiva para el campo visual y la
autofluorescencia de fondo de ojo muestra el daño topográfico. Los estudios
modernos permiten detectar la retinopatía antes de que esta sea visible en el
fondo de ojo.
La retinopatía no es
reversible y no existe tratamiento en la actualidad. La detección temprana,
antes de que haya pérdida del epitelio pigmentario retiniano, es importante
para prevenir la pérdida de visión central. Sin embargo, cuando hay resultados
dudosos en los estudios deben repetirse o validarse con otros procedimientos
para evitar la interrupción innecesaria de medicación de importancia.
Tanto pacientes como
profesionales deben estar informados acerca del riesgo de toxicidad de la
cloroquina e hidroxicloroquina, dosis adecuadas e importancia de los
controles periódicos anuales después de los cinco años de tratamiento. Recomendamos
una retinografía y una OCT.
Ya aportamos nuestros
resultados de un trabajo al respecto, hace 5 años.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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