Efecto de la glucosamina en la presión
intraocular.
Investigación sobre el efecto hipertensor de la glucosamina
exógena en comparación con placebo en pacientes con osteoartritis.
En las últimas
décadas han aparecido suplementos dietarios como tratamiento de la osteoartritis.
La glucosamina es el agente más comúnmente prescripto para atenuar sus síntomas
y se ha probado que interfiere en el avance de la patología. Aunque la
glucosamina es el principal componente del cartílago, también se encuentra en
el estroma corneal y contribuye a la morfología y
características funcionales de la malla trabecular.
La glucosamina se
prescribe frecuentemente a pacientes con osteoartritis y estudios radiográficos
han demostrado su eficacia para retardar la pérdida de espacio en la
articulación. En la mayoría de los países en un suplemento de venta libre con
un buen perfil de seguridad.
Sin embargo, han
surgido pruebas de que no sería tan eficaz para evitar el dolor y también un
estudio ha encontrado una posible asociación con el aumento de la
presión intraocular.
En el presente ensayo
clínico aleatorizado, se investigó dicha posibilidad en pacientes con
osteoartritis.
Participaron 88
pacientes con osteoartritis. A 44 se les administró aleatroriamente sulfato de
glucosamina y al resto placebo. Se realizó examen oftalmológico completo con
medición de PIO , al mes y a los tres meses.
Los resultados del
presente estudio muestran que la glucosamina provoca un aumento estadísticamente
significativo de la PIO en pacientes con osteoartritis, aunque las propiedades
biomecánicas de la córnea permanecen sin cambios a los tres meses del
tratamiento con el suplemento dietario.
Aunque el aumento de
la PIO media fue estadísticamente significativo en el grupo de glucosamina,
hubo un aumento de más de 2 mmHg en más pacientes del grupo en tratamiento que
en el placebo (34% vs. 12,3% respectivamente).
El suplemento
dietario de glucosamina, ha sido recomendado como seguro y efectivo en el
tratamiento de la osteoartritis. La glucosamina, por otro lado tiene un rol
importante en la morfología y funcionamiento de la malla trabecular, siendo un
elemento clave para su resistencia. Como la glucosamina también abunda en el
estroma corneal, cualquier cambio en su concentración podría provocar error en las
mediciones de la PIO ya que esta es ve afectada por la biomecánica de la
córnea.
En el presente
estudio, la biomecánica de la córnea permaneció sin cambios durante los tres
meses de tratamiento. No existen estudios con respecto a la farmacocinética de
la glucosamina en la malla trabecular. Asimismo, se ha demostrado que la
glucosamina llega al liquido sinovial con una concentración menor a la que
supone tendría efecto terapéutico sobre el estrechamiento del espacio
articular.
Los resultados del
presente estudio indican que la glucosamina oral podría alcanzar un nivel
patológico en la malla trabecular, al menos a los tres meses de tratamiento. Otra teoría para explicar los
resultados es que la alta concentración de glucosamina en humor acuoso es que
éste lleva más líquido hacia la cámara anterior como resultado del efecto
osmótico, lo que induce inflamación y compromete el tamaño de los poros,
causando aumento de la PIO.
No observamos que la
diabetes, enfermedad cardiovascular o el género sean factores de riesgo para la
hipertensión causada por la glucosamina, pero la edad estuvo significativamente
asociada con el aumento de la PIO en el grupo de tratamiento. La edad también
es factor de riesgo para la hipertensión inducida por esteroides. La
acumulación de matriz extracelular y el engrosamiento de la membrana basal
podrían verse agravados por el uso de glucosamina comprometiendo el
funcionamiento de la malla trabecular.
A pesar de los
cambios de la PIO en este estudio, la cantidad de pacientes con glaucoma no fue
suficiente para extender las conclusiones a dicha población. No obstante las
limitaciones del presente estudio, los resultados merecen ser tenidos en cuenta
para seguir investigando el rol de la glucosamina sobre la PIO, con mayor
cantidad de pacientes y durante un periodo de tratamiento más prolongado.
Según los resultados
del presente estudio, la glucosamina provoca un aumento estadísticamente
significativo de la PIO, que es más pronunciado en pacientes de mayor edad.
Deberá investigarse las consecuencias que podría tener en los pacientes con
glaucoma en futuros estudios y con un periodo de tratamiento más prolongado.
Habrá que tener
cuidado con este tratamiento.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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