Cribado oftalmológico
en pediatría. Los problemas oftalmológicos de la
infancia son un motivo de consulta frecuente en atención primaria y a menudo
pasan desapercibidos.
Los esfuerzos encaminados a lograr su
detección precoz permitirán mejorar significativamente la capacidad y el
desarrollo visual e incluso, en muchas ocasiones, el rendimiento escolar y el
desempeño social de los niños.
La Organización Mundial de la Salud
informa que hay aproximadamente 19 millones de niños con discapacidad visual en
el mundo y 1,4 millones padecen ceguera. Aproximadamente la mitad de las causas
de la ceguera y la discapacidad visual es potencialmente prevenible o tratable.
La detección oportuna y periódica es
crítica para la detección de la discapacidad visual y su etiología, así como
para planificar la intervención temprana. La estimación apropiada de la función
visual y la detección de error refractivo, retinopatía del prematuro, anomalías
estructurales congénitas, dacriocistitis congénita, cicatriz corneal, glaucoma,
catarata, anomalías retinianas, retinoblastoma, estrabismo y ambliopía, son los
componentes cruciales de la detección en los niños. Los protocolos varían de un
país a otro, con un acuerdo limitado sobre la necesidad, la modalidad, el
momento y la periodicidad del examen.
Algunos países y organizaciones han
solicitado el examen al nacer y posteriormente de forma periódica en cada punto
de contacto programado con el pediatra; las recomendaciones recientes de
la U.S.Preventive Services Task Force limitan la detección a
niños de 3 a 5 años para identificar la ambliopía o sus factores de riesgo.
La U.S.Preventive Services Task Forcetambién informa que la
evidencia actual es insuficiente para recomendar el examen de la vista en niños
menores de 3 años de edad.
Sin embargo, una declaración de
política conjunta de la American Academy of Pediatrics, la American
Academy of Ophtalmology, la American Association for Pediatric
Ophthalmology and Strabismusy la American Association of Certified
Orthoptists enfatizan que el examen de la vista es de suma importancia
para la detección de trastornos visuales y sistémicos, y debe comenzar en los
recién nacidos y continuar durante toda la infancia, explorando los
antecedentes familiares relevantes relacionados con trastornos oculares
(cataratas, estrabismo, ambliopía y error refractivo), cirugía ocular y el uso
de gafas durante la infancia en padres o hermanos.
Los pediatras deben examinar a los
recién nacidos mediante la inspección y la prueba del reflejo rojo para
detectar anomalías oculares estructurales como cataratas, opacidad corneal y
ptosis. Cuando los niños alcanzan los 1 a 3 años de edad, las evaluaciones
basadas en instrumentos, si están disponibles, pueden emplearse y usarse
posteriormente en las visitas anuales para niños sanos hasta que la agudeza se
pueda evaluar directamente. Para la edad de 4 años se debe utilizar la
prueba directa de la agudeza visual con símbolos u optotipos apropiados para su
edad.
Los pacientes con anormalidades
oculares o aquellos que no pasan la evaluación de la visión deben ser referidos
a un oftalmólogo pediátrico o a un especialista en atención ocular debidamente
capacitado.
Las 2016 Recommendations for
Preventive Pediatric Health Care aconsejanuna prueba de agudeza visual
a las edades de 4 y 5 años; la detección basada en instrumentos se puede usar
para evaluar el riesgo a los 12 y 24 meses de edad, además de las visitas de
revisión entre los 3 y los 5 años de edad.
Durante las campañas locales
realizadas en los años 1995- 2001 observamos unos resultados aceptables en
cuanto a detección de patologías y agudeza visual. Seguimos en la brecha.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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