Tratamiento para
mejorar la función visual en drusas maculares y DMAE Seca.
Gracias a este tratamiento para la DMAE seca,
se ha conseguido reducir el número y tamaño de las drusas subretinianas (en un
70% de los casos). También se han obtenido mejoras en la agudeza visual de los
pacientes (visión del detalle de las cosas), en la sensibilidad al contraste
visual (habilidad para distinguir entre la figura y el fondo, sobre todo en
condiciones de baja iluminación).
Uno de los problemas más frecuentes de la retina es la
DMAE, Degeneración Macular asociada a la edad, una enfermedad ocular
neurodegenerativa y hereditaria que provoca alteraciones visuales. Al igual que
en muchas enfermedades crónicas que afectan a los adultos, en la DMAE existen
una serie de factores genéticos, que influyen en el desarrollo de esta
enfermedad ocular.
La retina se encuentra en la parte de atrás del ojo.
Transforma la luz e imágenes que entran al ojo en señales nerviosas que se
envían al cerebro. La parte central de la retina, llamada mácula, hace que la
visión sea más nítida y más detallada. La DMAE es causada por daño a los vasos
sanguíneos que irrigan la mácula. Este cambio también daña dicha mácula. Al
dañar la mácula, esta patología provoca la pérdida de la agudeza de la visión
central, tan necesaria para ver los objetos con claridad y realizar actividades
como leer, ver la televisión o conducir que requieren ver con gran detalle.
La DMAE es actualmente la principal causa de ceguera
legal y de Baja Visión en los países desarrollados, siendo la prevalencia en la
población española en torno a un 1,5% y asciende al 5,3% si se corrige por edad
> 55 años.
Muchas personas mayores desarrollan degeneración macular como una parte
del envejecimiento natural que padece nuestro organismo y, por tanto, también
los ojos. Pero también, otras
patologías que afectan a la retina, como la Miopía Magna, elevan el factor de
riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Según su sintomatología se pueden clasificar en:
·
DMAE Seca: cuando los vasos
sanguíneos bajo la mácula se vuelven delgados y frágiles (debido al
envejecimiento de los mismos), produciéndose
el depósito en la mácula, de unas pequeñas partículas amarillentas llamadas
drusas. Es la más frecuente y la más difícil de percibir ya que la
pérdida de visión es progresiva y muy lenta hasta conducir a la pérdida de
visión central.
Es importante evaluar el tipo de atrofia y las drusas asociadas a ella para
identificar el riesgo de progresión de la enfermedad.
o
Temprana: El paciente
tiene drusas pequeñas o medianas. En este estadio no hay síntomas ni pérdidas
de la visión.
o
Media: El paciente
tiene drusas medianas o de gran tamaño. En este estadio algunas personas ven un
punto borroso en el centro de su visión, como consecuencia, puede que necesiten
más luz para realizar actividades cotidianas como por ejemplo leer.
o
Avanzada: Además de las
drusas, los pacientes en este estadio tienen un gran deterioro de las células
sensibles a la luz y del tejido de apoyo en el área central de la retina, lo
que puede causar un punto borroso en el centro de su visión.
·
DMAE Húmeda: Es
la forma más grave, sin embargo, ocurre solo en alrededor del 10% de las
personas con degeneración macular. Se caracteriza por el inicio brusco de
alteraciones en la visión por hemorragias y acúmulo de líquido en la mácula,
debido al crecimiento de nuevos vasos anormales y muy frágiles bajo la misma.
Estos vasos conforman lo que se conoce como Membrana
Neovascular y dejan escapar sangre y líquido que terminan dañando
la retina y en ocasiones la pérdida severa de la visión central.
o
Oculta: Suele provocar
pérdidas de la visión de menor gravedad. Se produce por el crecimiento de
nuevos vasos sanguíneos debajo de la retina y pérdidas de líquido, aunque de
forma menos evidente.
o
Clásica: Produce una
pérdida de la visión de mayor gravedad. El crecimiento de vasos sanguíneos y la
cicatrización debajo de la retina son de gran tamaño.
La mácula está compuesta por varias capas de células
especializadas. Los fotoreceptores se asientan en la parte superior de la capa
de células, llamada epitelio pigmentario retinal (EPR), bajo estas capas hay
una delgada lámina llamada Membrana de Bruch, bajo esta membrana está la
coroides, un sistema de vasos sanguíneos que proveen de oxígeno y nutrientes a
la mácula. Mientras el ojo envejece, los desechos del EPR y de los tejidos
circundantes se acumulan por dentro y encima de la membrana de Bruch. Esos
desechos forman depósitos llamados drusas. En definitiva, son los residuos que
el cuerpo no es capaz de eliminar a través de la circulación sanguínea y por
tanto se almacenan en distintas partes del ojo, entre ellas la mácula.
La presencia de drusas es normalmente el primer signo de
la DMAE Seca Temprana, y las drusas grandes incrementan el riesgo de desarrollar
DMAE Seca Avanzada, que puede resultar en pérdida de visión.
Igualmente la acumulación de drusas puede provocar
inflamación, las células inflamatorias son más tarde reclutadas por la retina y
junto con el EPR liberan factores de crecimiento que causan que los vasos
sanguíneos proliferen. Los nuevos vasos sanguíneos emergen y crecen dentro y a
través de la debilitada membrana de Bruch. En este punto, la enfermedad
progresa desde la DMAE seca a una forma más sería de la enfermedad llamada DMAE
húmeda.
Por todo ello, aunque es probable que las drusas no
causen la DMAE, está claro que aumentan el riesgo de que se desarrolle.
La mayoría de personas no desarrollan ninguna
sintomatología (por eso son tan importantes los controles periódicos), no obstante,
si se presentan un gran número de drusas grandes podría ser un signo temprano
de degeneración macular seca, pudiendo notar los siguientes síntomas:
·
Visión borrosa.
·
Dificultad para ver cuando se pasa de luz brillante a
oscura.
·
Presencia de un punto blanco o borroso en la visión
central.
Las drusas pequeñas no necesitan tratamiento, pero sí
revisarlas regularmente para asegurarse de que no se conviertan en drusas
grandes.
Dado que las drusas grandes son un signo o el preámbulo
de la Degeneración Macular, el oftalmólogo recomendará el tratamiento más
adecuado para el paciente.
De un tiempo a esta parte se han desarrollado terapias de Fotobiomodulación (PBM) de la retina con muy buenos resultados. Este tratamiento reduce las drusas maculares, mejora la agudeza visual, la sensibilidad al contraste y la microperimetría y tras varios estudios se ha considerado seguro y eficaz (*).
Valeda Light Delivery
System Se trata del primer tratamiento aprobado por la Unión
Europea (*) para la DMAE Seca
mediante fotobiomoluación (BPM).
Según nos informa el Dr. Orduna Magán (médico oftalmólogo especialista en
cirugía vítreo-retiniana), la fotobiomoludación consiste en la irradiación no
invasiva del tejido con radiación en el espectro cercano al infrarojo (diodo
LED), concretamente con longitudes de onda de 590nm, 660nm y 850nm que se dirige
a nivel de las mitocondrias de las células de la retina para controlar el
estrés oxidativo y disminuir la inflamación.
El principal fotoaceptor del tratamiento es la citocromo
C oxidasa que se encuentra en las mitocondrias celulares. Las mitocondrias son
los orgánulos de las células que se comportan como una “central de energía”
para que se pueda sintetizar ATP, el combustible de la célula; la
fotobiomodulación macular (PBM) estimula y mejora esa parte del metabolismo
celular que falla en los pacientes con DMAE. Por tanto, aquellas personas que
padezcan DMAE en fases precoz o intermedia pueden beneficiarse de este
tratamiento, que consigue:
·
Mejorar la agudeza visual.
·
Mejorar la sensibilidad al contraste.
·
Disminuir el volumen de las drusas.
·
Mejorar la microperimetría.
·
Mejorar la calidad de vida.
Este tratamiento estimula la retina con 3 tipos
diferentes de diodos de luz LED cercanos al infrarrojo, en exposiciones de 4
minutos, durante 3 días seguidos y en 3 semanas consecutivas. De esa manera se
pone en marcha una cascada terapéutica en la retina del paciente, generando
cambios en el metabolismo celular mitocondrial. Se busca estimular el efecto
fotoquímico que produce la luz al interaccionar con los tejidos.
La luz cercana al infrarrojo estimula las mitocondrias de su retina lo que genera un aumento de la energía disponible (ATP) para realizar la función visual de los fotorreceptores, inhibiendo el estrés oxidativo y la inflamación. Estas son las células encargadas de captar la luz que llega a su retina y transformarla en una señal eléctrica para que sea interpretada por el córtex cerebral. Esta es la explicación por la cual el paciente mejora su visión.
El Dr. Orduna nos indica que los candidatos a este
tratamiento serían pacientes que:
1. Padecen
drusas maculares y cambios pigmentarios en el Epitelio pigmentario de la
retina.
2. Diagnosticados
de degeneración macular asociada a la edad (DMAE) en fase seca y moderada.
3. Notan
cambios en su visión como dificultad para adaptarse a los cambios de
luminosidad (adaptación a la oscuridad), dificultad en la lectura o problemas
para ver ante cambios bruscos de iluminación, por ejemplo, pacientes que
refieran problemas al entrar y salir de un túnel con el coche.
No obstante, será el oftalmólogo especialista el que
valore si el paciente es un candidato apto para someterse al correspondiente
tratamiento, teniendo en cuenta su historial y los resultados de las pruebas
previas al mismo.
Y que más decir; que tu oftalmólogo te haga un fondo de
ojo detenido, una rejilla de amsler, y si tiene, una OCT
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
Comentarios
Publicar un comentario