El porcentaje de pacientes con un deterioro visual de moderado
a grave debido al glaucoma está aumentando en nuestro país. De hecho, un
10% de los casos llegan a desarrollar ceguera. Así se ha explicado
en el simposio “Paciente con glaucoma. ¿Realmente hacemos lo que está
en nuestras manos?”, celebrado en la 97ª edición del
Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología, y en el que se ha
expuesto la creación de un plan de salud contra la ceguera para mejorar la
situación actual de los pacientes con discapacidad visual en nuestro país,
incluidos los que padecen glaucoma.
La ceguera es una discapacidad visual que afecta a un 0,7% de
la población mundial. Algunas patologías producen ceguera irreversible.
Es necesario un diagnóstico y tratamiento precoz para evitar una alteración
visual permanente. “España tiene que apostar por modelos e
iniciativas para hacer frente a la situación actual de la discapacidad
visual, dado que a día de hoy existen en nuestro país alrededor de un millón
de personas afectadas en mayor o menor grado. Además, hay que ser conscientes
de que para muchos de estos pacientes se puede evitar que lleguen a la
ceguera irreversible ya que, tratada a tiempo, es evitable”, ha
afirmado el Dr. Vicente Caballero Pajares, director general de
Planificación, Formación y Calidad Sanitaria y Sociosanitaria de la Junta de
Extremadura.
Algunas de las principales causas de la ceguera irreversible
son patologías oculares asociadas a la edad como el glaucoma. Según
datos de la Sociedad Española del Glaucoma, el 3% de la población española
sufre esta enfermedad. Para garantizar que los pacientes sean tratados a
tiempo y puedan ganar años de visión, el Dr. Caballero Pajares, considera
que “es de suma importancia diseñar una
Estrategia Regional como es OFTEXc, incluida en las líneas del Plan de Salud
de Extremadura 2021/2028, para prevenir la ceguera, que se
sustenta en tres pilares: concienciar a la población sobre las patologías
causantes de ceguera, la importancia de acudir a las revisiones, mejorar la
eficiencia del cribaje y diagnóstico y ofrecer un seguimiento y control
adecuado de la enfermedad; aprovechando la integración de la herramienta
JARA, integradora de los niveles asistenciales, atención primaria y
hospitalaria, para el seguimiento y vigilancia de estos pacientes.”.
El perfil del paciente con discapacidad visual es
mayoritariamente adulto mayor de 50 años (65%) que sufre una patología
que empeora con el aumento de la edad. El envejecimiento de la población
supondrá, por tanto, una llegada de pacientes cada vez mayor a las consultas
de Oftalmología, incrementado la carga asistencial actual de estos servicios.
Por ello, en el simposio se ha destacado que adoptar medidas de
prevención de la ceguera -como las presentadas por los expertos- ofrecería
mejoras no solo en la atención de los pacientes sino en la carga asistencial
que soportarían los propios servicios de Oftalmología, así como el posible
ahorro asociado para los sistemas de salud de las comunidades autónomas.
Para hacer frente a la pregunta del simposio ¿Realmente
hacemos lo que está en nuestras manos?3 se han destacado
como posibles soluciones tanto implementar planes de formación para los
profesionales sanitarios en atención primaria con el fin de mejorar los
diagnósticos, como concienciar a la población española que desconoce la
situación real de la ceguera y sus consecuencias.
Para sensibilizar a la población, se han propuesto programas
de concienciación ciudadana que pueden hacerse a través de los centros de
salud de atención primaria para lanzar mensajes sobre la importancia de
acudir a revisiones periódicas oculares.
La finalidad de ambas medidas es lograr una detección temprana
de la discapacidad visual, especialmente cuando la pérdida de visión es
evitable para ciertas patologías, como el glaucoma. Y es que cuanto antes se
inicia el tratamiento, mayores son las opciones de retrasar y frenar la
evolución de la enfermedad. "El fin último del tratamiento del
glaucoma en cualquiera de sus variantes debe ser modificar la velocidad de
progresión de la enfermedad para que esta no afecte de forma significativa la
calidad de vida de los pacientes. Un diagnóstico precoz y una derivación
temprana a servicios especializados es fundamental para conseguir dicho
objetivo”, ha afirmado el Dr. José María Martínez de la Casa,
jefe del Departamento de Glaucoma del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Y una vez diagnosticada la discapacidad, otra de las líneas
estratégicas expuestas ha sido el correcto seguimiento del paciente, para lo
que se ha resaltado la importancia de integrar en un solo modelo a Atención
Primaria y Atención Especializada para obtener mejores resultados en materias
de control y seguimiento de las enfermedades asociadas a la ceguera. Para
ello, se ha sugerido crear una figura coordinadora del seguimiento de las
patologías que causan ceguera que opere a través de un sistema de
identificación de pacientes y alertas.
En el caso concreto de la atención oftalmológica de los
pacientes con glaucoma, se cuenta con la posibilidad de la medición del nivel
de presión del ojo (PIO), ya que es el único factor de riesgo que se puede
tratar.
Por ello, durante el simposio “Paciente con glaucoma.
¿Realmente hacemos lo que está en nuestras manos?” los especialistas
en glaucoma resaltaron que incluir en los protocolos de manejo del glaucoma
la medición de la PIO objetivo para cada paciente sería clave en el manejo y
control del glaucoma. Aunque, paralelamente, quedó reflejado que hasta ahora
no ha habido un enfoque estandarizado para definir la PIO objetivo basada en
la tasa de progresión de la enfermedad , cuando esta medida – tomada
mediante decisiones clínicas documentadas- puede ayudar a salvar años de
visión a los pacientes.
El uso de la herramienta SSY Engine es una de las opciones
existentes para la medición de la PIO objetivo. Se trata un sistema
informático que a través de un algoritmo utiliza datos de pacientes para
estimar las PIOs objetivo. Los estudios han demostrado
que existe una relación entre los cambios de la PIO objetivo y la tasa de
progresión de la enfermedad, y SSY Engine también es capaz de ofrecer una
estimación de cómo una mayor reducción de la PIO objetivo de un paciente
concreto puede alterar su futura tasa de progresión de la enfermedad.
Debe ser una tarea en conjunto, realizada enteramente por el
oftalmólogo, desde la toma de la PIO con paquimetria, seguida de retinografia
y OCT, y valorar cambios en 4-6 meses al principio, para conseguir una PIO y
OCT objetivo a cada paciente. La campimetría la vemos mas tarde. Hecho así,
nos asombraremos de lo mal que se hace a veces.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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