Actualización sobre tratamiento del edema macular diabético
Aportamos una revisión de la literatura publicada sobre edema
macular diabético, tratamientos actuales y nuevas opciones.
La
diabetes mellitus es una enfermedad crónica que puede provocar complicaciones
para la visión como edema macular diabético, retinopatía diabética
proliferativa, oclusión de arteria/vena retiniana y desprendimiento de retina.
En el presente estudio se trató la epidemiología, patogénesis, clasificación y
factores de riesgo del edema macular diabético y las opciones de tratamiento.
Se
realizó una extensa búsqueda en bases de datos y se reunieron todas las
investigaciones publicadas entre 1985 y 2014.
El edema
macular diabético se define como engrosamiento de la retina o exudados duros en
el centro de la macula. Se lo clasifica normalmente como significativo o no. El
edema macular significativo es el que reúne al menos uno de los siguientes
criterios:
-
Engrosamiento de la retina a 500 µm del centro de la mácula.
- Exudados duros a 500 µm del centro de la mácula, si están asociados con engrosamiento de la retina adyacente (excluyendo exudados duros que quedan una vez que desaparece el engrosamiento retiniano).
- Todo engrosamiento de la retina de un disco de superficie o más, cualquiera que esté cercano al centro de la mácula.
- Exudados duros a 500 µm del centro de la mácula, si están asociados con engrosamiento de la retina adyacente (excluyendo exudados duros que quedan una vez que desaparece el engrosamiento retiniano).
- Todo engrosamiento de la retina de un disco de superficie o más, cualquiera que esté cercano al centro de la mácula.
El edema
macular diabético puede clasificarse mediante tomografía de coherencia óptica,
según mediciones del espesor de la mácula, morfología de la retina y presencia
de tracción macular. Esto último se refiere a la tracción que causan las
membranas vitreomaculares o epirretinianas. Utilizando la TCO, el edema macular
diabético puede clasificarse en 4 tipos:
Tipo
1: Edema macular diabético temprano
Tipo 2: Edema macular diabético simple
Tipo 3: Edema macular diabético cistoide (leve, medio y severo)
Tipo 4: desprendimiento macular seroso.
Tipo 2: Edema macular diabético simple
Tipo 3: Edema macular diabético cistoide (leve, medio y severo)
Tipo 4: desprendimiento macular seroso.
La
angiografía fluoresceínica es otra forma de clasificar el edema macular
diabético de la siguiente manera:
- Focal: zonas de pérdidas localizadas por microaneurismas o capilares
dilatados.
- Difuso: filtraciones difusas que abarcan toda la circunferencia de la
fóvea.
- Cistoide difuso: filtraciones difusas en general, con acumulación de tinción en las
áreas quísticas de la mácula durante la última fase del angiograma.
La
retinopatía diabética se produce en uno de cada 3 pacientes con diabetes y 7 %
de estos presentan edema macular diabético. Dicha patología es la principal
causa de pérdida de visión en los pacientes con diabetes.
El
principal mediador en la patogénesis del edema macular diabético es el factor
de crecimiento endotelial vascular. Promueve angiogénesis y provoca el colapso
de la barrera retiniana. También la hiperglucemia crónica, hipertensión e
hiperlipidemia están implicadas en el desarrollo del edema macular diabético.
Los distintos tratamientos pueden ser oculares o sistémicos.
Dentro de
los oculares está la fotocoagulación láser focalizada o en grilla. La
fotocoagulación en grilla destruye fotorreceptores en la retina disminuyendo la
demanda de oxigeno. Mientras que la focalizada apunta a microaneurismas
responsables del edema. Hoy sigue siendo una de las principales formas de
tratamiento, aunque han aparecido nuevos métodos.
Con las
permanentes investigaciones se han desarrollado nuevos tipos de láser que
minimizan los efectos colaterales del láser tradicional. Por ejemplo, el láser
de iodo micropulsado subumbral, tiene la ventaja que disminuye la probabilidad
de cicatrices.
En los
últimos años se han desarrollado nuevos tratamientos con otros mecanismos.
Algunos se utilizan junto con el láser, con muy buenos resultados.
El
tratamiento intravítreo con el anti-factor de crecimiento endotelial vascular
es muy innovador. Ranibizumab y bevacizumab son agentes anti FCEV. Aflibercept,
es el último en salir al mercado. Pegaptanib, este agente se une al isoforma
FCEV 165, que se cree es el principal isómero responsable del edema macular
diabético.
Un
estudio comparó bevacizumab intravítreo con el tratamiento láser, a los dos
años bevacizumab tuvo mejores resultados en cuanto a agudeza visual y reducción
del espesor de la mácula central. Esto muestra que mientras el láser reduce las
alteraciones anatómicas, los agentes anti FCEVA suman ventajas que mejoran la
función visual.
Un
estudio doble ciego con pegaptanib vs. placebo también mostró buenos resultados
funcionales. Otro estudio comparó ranibizumab, con láser y con el tratamiento
combinado y los resultados fueron una significativa mejora de la agudeza visual
con ranibizumab aún dos y tres años después del tratamiento.
La
eficacia de ranibizumab se debe a la capacidad de reducir los niveles de FCEV
en humor acuoso. Los estudios que probaron la eficacia del tratamiento láser
después de inyección intravítreo de anti FCEV, mostraron que una vez que la
retina ha sido afinada suficientemente con agentes anti FCEV, la
fotocoagulación estabiliza el espesor retiniano y reduce la carga del
tratamiento.
Sin
embargo, los agentes anti FCEV pueden tener algunas desventajas como
inflamación macular, cuando se requieren reiterados tratamientos, especialmente
en el caso de bevacizumab, ya que su vida media intravítreo es reducida.
El edema macular diabético es la manifestación ocular de la
diabetes y tiene posibilidades de causar pérdida visual significativa. Sin
embargo, se han desarrollado varios tipos de tratamientos para tratarlo, cada
uno con sus ventajas y desventajas. Además, en los últimos años se han
desarrollado nuevos tratamientos con resultados prometedores. A pesar de la
elección de un tratamiento determinado, es importante también tratar las
patologías sistémicas coexistentes.
Vamos
bien encaminados, aunque todavía estamos lejos del tratamiento correcto para la
maculopatía diabética.
OFTALMÓLOGO
ESTEPONA
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