Un tiempo en pantalla excesivo se
vincula a hábitos de salud deficientes
En una muestra representativa de la población adolescente
estadounidense, el uso excesivo de dispositivos electrónicos (teléfonos
inteligentes, tabletas, videojuegos u ordenadores), así como su empleo para
tareas escolares, se asoció a hábitos de salud deficientes que contribuían a la
obesidad.
"De acuerdo a los resultados de este estudio, los
adolescentes que pasaban más de dos horas al día frente a la televisión y otros
dispositivos electrónicos mostraron las máximas probabilidades de presentar
diversas conductas de salud que fomentan la obesidad, informan en su estudio
publicado el 14 de diciembre en Journal of Pediatrics, la Dra.
Erica L. Kenney, ScD, MPH y el Dr. Steven L. Gortmaker, PhD de la Escuela de
Salud Pública TH Chan de la Universidad Harvard en Boston, Estados Unidos.
"Este estudio indicaría que el hecho de limitar la
actividad de niños y adolescentes en cuanto al tiempo invertido en ver
televisión, así como utilizar otros dispositivos de pantalla, puede tener la
misma importancia para la salud”, continúan los autores, añadiendo que, este es
un estudio observacional, de manera que no puede demostrar una relación de
causalidad, por lo que es necesaria más investigación para confirmar los
hallazgos.
Asimismo, los investigadores expresaron: "Mientras tanto,
los profesionales de la salud tal vez quieran continuar alentando a las
familias a establecer límites, tanto para el uso de televisión como de otras
pantallas, a fin de promover niveles saludables de actividad en dispositivos
electrónicos".
Los Dres. Kenney y Gortmaker señalaron que una encuesta reciente
informó que los adolescentes estadounidenses invertían un promedio de 2 horas y
42 minutos al día en sus teléfonos moviles, 1 hora y 37 minutos en ordenadores,
y 32 minutos en videojuegos.
Ver televisión en exceso se ha vinculado a un incremento en el
consumo de alimentos y bebidas no saludables, sueño más corto y aumento de la
obesidad. Sin embargo, es poco lo que se sabe sobre la relación entre el empleo
de otros dispositivos electrónicos y los hábitos de salud deficientes asociados
a la obesidad.
Para investigar esta cuestión, los autores analizaron datos de
24.800 adolescentes estadounidenses que respondieron a la encuesta de
Conducta de Riesgo de Jóvenes, realizada por Centers for Disease
Control and Prevention (CDC) en 2013 y 2015.
A los estudiantes se les preguntó: "¿En un día escolar
promedio, cuántas horas inviertes en juegos de video o en ordenadores, o
utilizas un ordenador para algo que no sea realizar tareas escolares?
(Cuenta el tiempo invertido en actividades como Xbox, PlayStation, iPod, iPad u
otra tableta, teléfono movil, youtube, facebook u otras herramientas de
redes sociales, así como internet)".
De igual manera, se les cuestionó acerca de las horas que
dedicaban a ver televisión.
También se les solicitó que proporcionaran datos tales como
estatura y peso corporal, y que indicaran cuántas horas dormían una noche de la
semana en promedio; cuántas veces consumían gaseosas, con exclusión de las
bebidas de dieta, en los últimos siete días; y con cuánta frecuencia se
mantuvieron físicamente activos durante al menos una hora en la última semana.
Tres cuartas partes de los estudiantes tenían 15, 16 o 17 años,
y los restantes tenían 14 o menos (10%), o 18 o más (15%) años de edad. El
número de hombres y mujeres fue igual, pero sus razas eran diversas.
Aproximadamente uno de cada cinco adolescentes invertía 5 horas
o más en actividades con dispositivos electrónicos, pero sólo ocho de 100
invertían el mismo tiempo mirando televisión.
Los
estudiantes que invertían cinco o más horas al día utilizando un dispositivo
electrónico (además de hacer tareas escolares) tenían casi el doble de
probabilidades de presentar hábitos de salud deficientes, junto a mayor frecuencia de miopía, en comparación a los
estudiantes que no utilizaban estos dispositivos.
Los estudiantes que
invertían 5 o más horas al día mirando televisión tenían casi tres veces más
probabilidades de consumir bebidas gaseosas cada día, y casi el doble de
probabilidades de ser obesos, en comparación a los estudiantes que no miraban
televisión.
"Aun cuando se
requiere más investigación, es indispensable alentar a las familias a que
limiten el mirar televisión, así como el uso de dispositivos de pantalla más
nuevos", concluyen los Dres. Kenney y Gortmaker.
Son cifras alarmantes, que ya están viendo en Europa, y España desde hace casi una década. Es labor de los padres y pediatras, de intentar atajar esta desviación, malos hábitos, y un futuro incierto.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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