Partimos de una base: cada día los
cosméticos son más seguros y menos agresivos para tu piel y, por extensión,
para tus ojos. Pero aún así, hay determinadas ocasiones en las que, al
aplicarte una sombra de ojos , notas irritación en los ojos. Precisamente en
esta zona hay que extremar el cuidado, por su especialidad sensibilidad.
El prurito o irritación ocular, la conjuntivitis y la blefaritis (inflamación de los párpados) son las consecuencias más directas de una aplicación incorrecta de los productos de maquillaje en los ojos. “El exceso de maquillaje no sólo produce efectos molestos o incómodos, sino también infecciones que pueden resultar crónicas”. Además de estas infecciones, la utilización de cosméticos inadecuados o agresivos puede provocar la aparición de orzuelos, enrojecimiento ocular o lagrimeo.
“A la hora de comprar cosméticos, hemos de ser conscientes de que son productos que aplicaremos directamente sobre la piel y el contorno ocular y, por lo tanto, asegurarnos de que han pasado todos los controles establecidos y de que sus componentes no son dañinos para la salud”, “aunque existen líneas de cosméticos de bajo coste de gran calidad, el precio no ha de ser el único factor que influya en la compra cuando la salud se puede ver afectada”.
Además de adquirir cosméticos que especifiquen de forma clara las sustancias de las que están compuestos; hay que dejarse aconsejar por un experto sobre el producto más adecuado para cada persona y evitar así la aparición de posibles problemas visuales. "Todos los productos cosméticos deben incorporar en su etiqueta una lista de ingredientes y las instrucciones para usarlos sin peligro para la salud. Por ejemplo, algunas sombras de ojos nacaradas contienen pigmentos perlescentes que pueden ser perjudiciales para los ojos causando orzuelos, irritación e incluso conjuntivitis que podría llegar a ser crónica”.
Asimismo, asegura que “es importante no utilizar los productos una vez transcurridos doce meses desde su apertura, ya que el maquillaje también tiene fecha de caducidad”. Al maquillarse también hay que tener en cuenta normas básicas de higiene como mantener limpios los utensilios con los que se aplica el maquillaje o evitar un gesto común: compartir el maquillaje y los elementos de aplicación.
Un 94% de las encuestadas reconoce utilizar el maquillaje con sentido común y el 96% cree que hay unos maquillajes de mejor calidad que otros. Sin embargo, el 78% de las mujeres reconoció que nunca había mirado la composición de los productos de maquillaje.
Las revisiones de ingredientes cosméticos evaluadas durante el año 2008 (Washington DC, USA) han demostrado con estudios científicos que algunos componentes de los maquillajes como la hexamidina (un conservante de algunos maquillajes) es segura en concentraciones inferiores a 0,1. A pesar de ellos, en todos los informes de estas sustancias se indica que hay falta de conocimiento en las dosis aplicadas así como falta de información sobre su presencia en productos de limpieza, higiene o maquillaje.
Hay que destacar que el 24% de las encuestadas cree que el maquillaje puede causar problemas en los ojos y el 26% los ha tenido y les ha motivado un cambio en el producto. Además, un porcentaje similar (26%) ha tenido o tiene algún problema en la piel: acné, dermatitis atópica, eccemas, hipersensibilidad, psoriasis…
En un estudio sueco se evaluaron siete máscaras o tipos de rímel y dos de ellas indujeron un enrojecimiento de la piel cuando se aplicaron en una piel normal. Las dos se basaban en una emulsión convencional con estearato como emulsificador principal, una sustancia irritante que podría causar más molestias o problemas en pieles sensibles o con enfermedades.
“En resumen, casi todas las mujeres encuestadas afirman utilizar el maquillaje con sentido común y reconocen que hay unos maquillajes mejores que otros aunque la mayoría nunca ha mirado la composición, se maquilla más de 3 días a la semana y utiliza más de dos productos. Una de cada cuatro cree que el maquillaje puede causar problemas en los ojos y un porcentaje similar los ha tenido y les ha motivado un cambio de producto.”
“Desde el punto de vista oftalmológico, el maquillaje periocular debería reducirse al mínimo número de productos, que tengan componentes naturales o no resistentes al agua, no pasar del límite de las pestañas hacia dentro para limitar el contacto con el ojo y usar productos suaves para desmaquillarse. En las pieles con problemas médicos o en portadores de lentes de contacto, habría que extremar estas precauciones.”
Hay
rutinas de belleza que pueden salirnos ciertamente caras, y no nos referimos al
coste de los productos. Probablemente habrás escuchado que maquillar tu piel a
diario puede convertirse en una costumbre demasiado agresiva para la piel,
sobre todo si los productos empleados para ello no son los adecuados. Pero el
cutis no es el único que sufre. Una de cada cuatro mujeres
reconoce haber sufrido algún problema en los ojos a
causa del maquillaje.
Utilizar maquillaje
alrededor de los ojos y emplear productos tales como el rímel, la sombra o el
lápiz de ojos pueden tener consecuencias fatales para
nuestra visión. Sin ir más lejos, ocho de cada diez
mujeres que fueron entrevistadas para realizar este estudio reconocieron
maquillar sus ojos más de tres veces por semana y sufrir molestias leves.
Además, debes saber que el uso de
lentes de contacto agrava en un alto porcentaje este tipo de problemas,
pues las lentillas pueden hacer que, en muchos de los casos, los ojos sean más
propensos a sufrir infecciones y conjuntivitis. Los problemas causados por el
uso continuo de maquillaje alrededor de los ojos pueden ir desde leves
molestias hasta infecciones, «que se agravarán en los portadores de lentillas,
ya que puede originarse una bacteria denominada pseudomona que
resulta difícil de tratar y podría dejar cicatrices en la córnea».
Dejar de maquillarse los
ojos sería una acertada solución para evitar este tipo de problemas, aunque lo
cierto es que tanto el rímel como el delineador son dos de los básicos
imprescindibles en la rutina diaria de muchas mujeres. Según el informe de la
Fundación Rementería, deberíamos utilizar dichos productos solo en la
base de las pestañas y nunca en el interior del ojo,
pues de este modo estaremos más expuestos a «molestias, enrojecimiento,
conjuntivitis tóxica e intolerancia a las lentes de contacto».
Un error más que frecuente
y que puede agravar todos estos problemas es la mala costumbre de no prestar
atención a los componentes de los productos utilizados. Según el informe, entre los
componentes y tintes utilizados en el rímel y el delineador se
encuentran solventes como el isododecano, formadores de película, conservantes
y ceras de origen animal, vegetal y mineral, así como pigmentos y polímeros fijadores.
Poned
especial cuidado, además, con los productos resistentes al agua o denominados «waterproof»,
porque además contienen disolventes similares a la pintura al óleo,
según la maquilladora profesional Carmen Otero. En el caso del rímel, los que
pretenden aportar a las pestañas una apariencia extra-larga contienen también fibras de
nylon que se adhieren a ellas y
que, como cuenta la maquilladora, «pueden provocar molestias según avanza el
día, sobre todo si contienen compuestos nacarados».
Son varios los estudios
que confirman la falta de conocimiento del público femenino sobre el maquillaje
que utiliza, también a la hora de retirar dichos productos de su piel. Tal y
como asegura el doctor Hurtado, «desmaquillarse durante muchos años desarrolla
más laxitud en el párpado, la piel se arruga más y hace que se estire hacia
fuera o hacia dentro, o incluso aparezcan bolsas».
Esperamos
seguir ayudando.
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