Son importantes las revisiones
oculares. Es posible que hacerse una exploración ocular no te
resulte muy apasionante, algo así como ir a cambiar el aceite del coche.
Quienes utilizan lentes de contacto y deben hacerse obligatoriamente esa
exploración ocular aunque no tengan ningún problema, se preguntarán por qué son
tan importantes. Aunque no sea de las primeras en tu lista de prioridades,
trata de no retrasarla porque una exploración ocular de rutina puede salvarte
la visión.
Todo el mundo necesita hacerse exploraciones oculares con
regularidad. Los adultos sin factores de riesgo ni antecedentes familiares de
problemas oculares deben ir al menos cada dos años y, después de los 60, una
vez al año. Los niños deben pasar una exploración a los 6 meses, a los 3 años,
antes de empezar la primaria, y después anualmente. La visión está
estrechamente ligada al proceso de aprendizaje, por lo que las exploraciones
oculares son especialmente importantes para los niños pequeños.
Detectar ciertos problemas de forma temprana puede
salvarte la visión. Muchas enfermedades oculares, como el glaucoma y la
retinopatía diabética, no presentan síntomas en las etapas iniciales. La
detección y tratamiento tempranos pueden reducir el riesgo de discapacidad
visual o pérdida de visión permanente.
Salva más que solo la vista. Un reciente estudio descubrió que los profesionales de
la salud visual son, con frecuencia, los primeros en detectar signos de
enfermedades sistémicas crónicas. Estos profesionales pueden ver sin obstáculos
células sanguíneas que pueden indicar signos iniciales de colesterol alto,
diabetes e hipertensión.
Esta exploración solo dura una hora , pero el posible
beneficio de hacer que el cuidado de la visión sea una prioridad es
inconmensurable.
Niños._ Las revisiones oculares, clave para la
salud visual de los niños. Si el cuidado de los ojos es crucial a lo largo de la vida,
en la infancia cobra aún más importancia. Las revisiones oculares, anuales
hasta los 8 años y hasta la mayoría de edad cada dos, son claves para la
prevención.
La doctora Idoia Rodríguez pertenece a la Unidad de Motilidad
Ocular y Visión Binocular del Centro Barraquer;
sitúa a finales del curso escolar, o antes de que éste comience, el momento
idóneo para las revisiones infantiles de los ojos.
Entre sus consideraciones, fruto de su experiencia y sus
conocimientos, figuran mensajes como la importancia del diagnóstico precoz para
que sea más eficaz el tratamiento; la idea de que la visión que no se gana
durante la infancia no se recupera posteriormente; o la estimación de que
muchos niños que son calificados como malos estudiantes, cuando en realidad
tienen un problema en su vista.
El desarrollo integral del niño depende en gran parte de la
correcta evolución de su visión. El proceso de maduración visual se inicia en
el nacimiento y tiene su máxima expresión a los cuatro años de edad y después
decrece paulatinamente hasta los 8/9 años, aproximadamente.
Tanto al
final como al inicio del curso escolar son momentos muy buenos para realizar
una exploración oftalmológica completa y asegurarnos así un buen rendimiento
del niño durante el año escolar.
La primera exploración oftalmológica
del niño corresponde tanto al neonatólogo pediatra como al oftalmólogo para
detectar posibles anomalías estructurales oculares congénitas u otras
patologías como la retinopatía de prematuridad.
Actualmente existe un consenso de que entre el año y los
dos años de vida es conveniente realizar un examen ocular completo por parte
del especialista para poder evaluar el segmento anterior y posterior del globo
ocular, detectar posibles defectos de refracción y valorar el estado de la
motilidad ocular para descartar la presencia de estrabismo.
La cadencia de los posteriores controles oculares depende
de los hallazgos de esta primera exploración y, posteriormente, a pesar de que
no haya patología ocular y sintomatología aparente, es conveniente realizar
controles anuales hasta los 7/8 años, periodo en el que finaliza el aprendizaje
visual.
Entre las principales patologías que
vemos normalmente en la consulta pediátrica podemos destacar los defectos de
refracción, ya sea hipermetropía, miopía o astigmatismo, anomalías
estructurales oculares como el coma congénito, la catarata congénita y
opacidades corneales y el estrabismo. Todas ellas constituyen causas que van a
generar en mayor o menor grado un retraso en la maduración visual y por tanto
ambliopía, también conocida como ojo vago y que afecta al 4 por ciento de los
niños en edad escolar.
Debemos tener en cuanto que es muy importante que cuanto
más precoz sea el diagnóstico más eficaz va a ser el tratamiento y mejor el
pronóstico por tanto. La visión que no se gana durante la infancia no se va a
recuperar posteriormente en la edad adulta.
Los principales signos y síntomas que
nos deben llamar la atención son, por ejemplo, una pupila de color blanco; que
el niño tenga tendencia a desviar o guiñar un ojo; inclinación de la cabeza
para poder fijar la vista; movimientos rápidos y rítmicos de los ojos, lagrimeo
y enrojecimiento ocular frecuente; molestia a la luz, lo que llamamos
fotofobia; dificultad para el cálculo de las distancias; incapacidad para leer
la pizarra y bajo rendimiento escolar.
Hay muchos niños que son tachados de malos estudiantes
cuando en realidad la causa es un defecto de refracción mal corregido.
A partir de esa edad, aunque no haya patología ocular ni
sintomatología evidente, debemos realizar controles oftalmológicos bianuales
hasta la mayoría de edad, donde ya es posible analizar otras alternativas en
caso de dependencia de corrección óptica, como puede ser la cirugía refractiva.
En los adultos, con lo comentado al principio, añadir la
importancia de conocer como esta nuestro nervio óptico, y la macula. Una tomografía
de retina hecha a tiempo puede salvar tus ojos.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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