Hallado
un mecanismo clave en la enfermedad del ojo seco. La proteína TRPM8 regula la hidratación mediante el lagrimeo y
el parpadeo
El síndrome, caracterizado por una
irritación continua, es la patología ocular más frecuente
El síndrome del ojo seco es la enfermedad ocular más común.
Afecta a un 10% de la población, especialmente a la de mayor edad, y se
caracteriza, como su propio nombre indica, por provocar una sensación de
sequedad en el ojo, así como irritación, parpadeo frecuente y alteración o
pérdida de visión en los casos más graves (5%-10%).
Pese a ser tan frecuente, se ignoran buena parte de los
mecanismos que intervienen en la patología y en las molestias que provoca. Un
grupo de investigadores del Instituto de Neurociencias de Alicante (un centro
mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández), y del King’s College de Londres han dado un importante paso en el conocimiento de la
enfermedad al describir el papel clave que tiene una proteína (denominada
TRPM8), situada en unas fibras nerviosas de la superficie de la córnea, como
sensores encargados de medir la hidratación de la película lagrimal.
Para que la superficie del ojo mantenga un nivel adecuado de
humedad es necesario que las glándulas lagrimales aporten una cantidad de
líquido suficiente y de calidad adecuada, así como que los párpados se cierren
con la frecuencia necesaria (entre 8-10 veces cada minuto) para distribuir
homogéneamente las lágrimas por toda la superficie de la córnea, de forma que
ésta se mantenga hidratada. Ello requiere unos sensores que detecten e informen
al cerebro de los cambios de humedad que se producen en la superficie del ojo.
Estas terminales que activan los mecanismos de compensación para corregir los
desequilibrios, son las proteínas que estudian los investigadores del Instituto
de Neurociencias de Alicante, autores del estudio que se ha publicado en Nature Communications.
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Este grupo descubrió ya hace unos años que el TRPM8 transmite a
través de los nervios donde se encuentra, una información continua al cerebro
sobre el nivel de hidratación de la superficie del ojo, midiendo el
enfriamiento de la película lagrimal que se producen con la continua
evaporación de la lágrima, de forma que, de su correcto funcionamiento depende
que se activen adecuadamente los mecanismos de compensación (más lagrimeo,
mayor ritmo de parpadeo) para mantener la humedad ocular en niveles óptimos. Ahora
han advertido que también informan de los cambios de la concentración en sales
(osmolaridad) y demostrado que su ausencia provoca una reducción marcada en la
lacrimación y el parpadeo normales.
Si existe una alteración de los sensores (la proteína) y no
funciona este mecanismo de regulación, se acaba produciendo la insuficiente
hidratación y la sensación tan característica de sequedad desagradable del ojo
que describen los pacientes de ojo seco. Como apunta Carlos Belmonte,
investigador principal del grupo español, el papel de la proteína se ha
descubierto en ratones pero el TRPM8 actúa de igual modo en los ojos de los
seres humanos, por lo que tendría, también en éstos, el mismo papel en la
regulación de la función ocular.
Belmonte sospecha que la mayor frecuencia de la sequedad ocular
en mayores (entre el 30% y el 40%) está relacionada con una pérdida de la
efectividad con la edad del sistema de compensación de la secreción de lágrimas
dependiente del TRPM8, de forma que el ojo ya no es capaz de regular
adecuadamente la humedad de la película lagrimal. Una vía de tratamiento de
estos pacientes, (más allá de las gotas hidratantes actuales) sería estimular
el TRPM8 a través de un colirio, para modular adecuadamente el sistema de
regulación de la hidratación ocular estimulando la lagrimación y el parpadeo.
En ello está Avizorex,
una spin-off surgida de la Universidad Miguel Hernández e impulsada por el
propio Belmonte.
Durante el invierno, nos vemos constantemente expuestos a las
temperaturas extremas del exterior (frío, alta velocidad del viento, trabajos
exteriores, corrientes de aire, etc.) o de ambientes interiores (calefacción y
aires acondicionados). El viento, asociado al invierno puede conducir a efectos
de resequedad en el ojo. Asimismo, las elevadas temperaturas debidas a sistemas
de calefacción crean ambientes con sequedad ambiental extrema, donde las
estufas de gas o eléctricas junto con los sistemas de calefacción disminuyen la
humedad del aire, que conlleva a una mayor evaporación de la película lagrimal
del ojo. Éstos son algunos de los factores que pueden significar el comienzo de
una afección conocida como “ojo seco”.
Consejos para la prevención: Así como protegemos nuestra piel
mediante el uso de cremas hidratantes o fotoprotección es importante también
concienciarnos de la importancia vital del cuidado de la vista. Se pueden
seguir pautas o hábitos que faciliten el mantenimiento de una película lagrimal
sana y un cuidado responsable de nuestros ojos que evite daños asociados.
Siendo, el síndrome del ojo seco una afección en aumento constante, a
continuación se presentan algunos consejos para el mantenimiento del ojo
suficientemente húmedo y para la prevención del síndrome de ojo seco:
• Evitar ambientes extremos que favorezcan la disminución de
la humedad del aire. • Evitar frecuentar de ambientes con humo excesivo.
• Aumentar la hidratación ocular.
• Sustitución de las lágrimas mediante el uso de lágrimas
artificiales o lubricantes oculares para aliviar molestias, proteger sus ojos
de la sequedad ambiental y conseguir una mayor hidratación.
• Revisión oftalmológica (1 vez al año).
• Proteger sus ojos frente los rayos UV nocivos mediante
gafas de sol.
• Seguir una dieta equilibrada rica en ácidos omega-3 y
omega-6, como por ejemplo: pescado, linaza, aceite de oliva, aceitunas,
almendras, etc.
• Descansar periódicamente si su trabajo requiere una elevada
concentración de sus ojos para evitar la fatiga visual (síndrome de la pantalla
de visualización).
• En caso de uso de lentes de contacto, es importante no
abusar de ellas. Seguir el tiempo de uso diario recomendado que se indica y en
ningún caso posteriormente a su fecha de caducidad.
• Descansar las horas diarias necesarias, de esta forma se
facilita la regeneración de la superficie ocular durante el sueño
Como una gran novedad, y en una primera fase dos del estudio,
tenemos el CF101 por vía oral como monoterapia durante 12 semanas, con un
beneficio estadísticamente significativo en el claro de la tinción con
fluoresceína en la nariz, partes temporales, pupilar e inferior de la córnea se
documentó.
CF101 resultó ser segura y bien tolerada durante este período
de estudio. En este estudio, una disminución de la presión intra-ocular se
observó en pacientes con ojo seco. Estos hallazgos han llevado a la empresa a
iniciar un estudio clínico de fase 2 en pacientes con glaucoma que se encuentra
actualmente en curso con CF101.
Dr. Pnina Fishman, director general de Can-Fite, dijo,
“Estamos muy satisfechos de que nuestros esfuerzos científicos y clínicos han
culminado en este importante hito para la compañía. Como parte de este IND, que
presentó una fase de registro de calidad 3 protocolo clínico para el
tratamiento de pacientes con moderada a severa del ojo seco según la definición
de los signos y síntomas. Después de la revisión por la FDA, ahora estamos
seguros de que este protocolo tiene las características de diseño apropiadas,
parámetros clínicos, y el poder estadístico para que pueda servir como el
primero de dos ensayos de fase 3 que conduzca a la aprobación de CF101 para
esta indicación “.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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