El glaucoma primario
de ángulo cerrado es una patología grave responsable de la mitad de los casos
de ceguera por glaucoma en el mundo. Se caracteriza por la aproximación
aposicional o contacto entre el iris y la malla trabecular.
Suele desarrollarse
en ojos con cámara anterior aplanada, cristalino en posición anterior y ángulo
estrecho. El riesgo de glaucoma primario de ángulo cerrado es alto en mujeres,
en edad avanzada e hipermétropes, y hay mayor prevalencia en Asia. Se están
realizando investigaciones para determinar los mecanismos genéticos de la
herencia de glaucoma.
La gonioscopía es el
método de diagnóstico más importante. Utilizando una lente de cuatro espejos,
el profesional presiona suavemente la cornea central, desplazando el humor
acuoso hacia la periferia de la cámara anterior, hundiendo mecánicamente el
ángulo y permitiendo una mejor visualización de las estructuras del ángulo.
Existen diversas
técnicas para evaluar la profundidad de la cámara anterior mediante lámpara de
hendidura para identificar pacientes de riesgo.
La tomografía de
coherencia óptica (TCO) proporciona imágenes de alta resolución del segmento
anterior. La principal limitación de la TCO con respecto al glaucoma primario
de ángulo cerrado es la imposibilidad de proporcionar información sobre las
estructuras posteriores del iris. Esto no permite distinguir el iris plateau, quistes
del cuerpo ciliar, tumores ciliares que pueden contribuir a estrechar el
ángulo. Sin embargo, la TCO es una técnica no invasiva, menos molesta que la
UBM y que no depende tanto de la habilidad del profesional. Los nuevos equipos
proporcionan mayor precisión, pero sigue siendo un método de diagnóstico menos
confiable que la gonioscopía.
La biomicroscopía
ultrasónica (UBM) muestra la posición del cuerpo ciliar y las estructuras
anterior y posterior de la raíz del iris. El examen es complicado y depende de
la habilidad del técnico y puede causar cierta incomodidad en el paciente.
El tratamiento
principal del glaucoma primario de ángulo cerrado se basa en el control de la
PIO mientras se monitorean los cambios del ángulo y la cabeza del nervio
óptico. Generalmente, esto se logra estudiando la configuración del ángulo
mediante intervención láser.
En un principio se
intenta el control de la PIO por medio de medicación tópica contra glaucoma. Lo
más utilizado son los supresores de humor acuoso, pero también son efectivas
las prostaglandinas. Los agentes mióticos, fueron los primeros en ser
utilizados y se siguen empleando hoy ya que al contraer el músculo ciliar y el
esfínter pupilar, cambia la configuración de la malla trabecular permitiendo un
mejor flujo del humor acuoso, además de aliviar el bloqueo pupilar. Los agentes
mioticos son especialmente efectivos en el tratamiento del síndrome de iris
plateau. El más utilizado es la pilocarpina.
En la actualidad, el
tratamiento para comenzar es la iridotomía láser periférica, que alivia el
bloqueo pupilar al reducir la diferencia de presión en el iris. Esto permite
que el ángulo se abra, el iris se aplane y el cuerpo ciliar se desplaze hacia
atrás. Aún se sigue investigando el valor preventivo de dicho tratamiento. En
líneas generales, pareciera que la iridotomía altera favorablemente el curso de
la patología, muchos ojos (más de la mitad) requieren tratamiento medicinal o
quirúrgico. Los mayores beneficios se observan al principio de la patología. La
cirugía de cataratas es un factor significativo para que la patología no siga
avanzando.
La iridoplastía
periférica láser argón aplica puntos de fotocoagulación en el iris periférico,
alejando el iris de la malla trabecular y abriendo el ángulo. Esta técnica es
particularmente efectiva en casos de ángulo cerrado por mecanismos distintos al
bloqueo pupilar como iris plateau, glaucoma facomórfico y procesos del segmento
posterior. En la actualidad, se considera que esta técnica por sí sola es de
uso limitado al ataque agudo, al cierre del ángulo.
La mayoría de los
estudios han demostrado que la extracción del cristalino sirve para reducir la
PIO y disminuye la necesidad de medicación postoperatoria. Los resultados
coinciden en que las mayores ventajas en cuanto a disminución de la PIO la
tienen los pacientes con PIO más elevada en línea de base. Este método funciona
tanto por sí solo, como aplicado en combinación con otros tratamientos. No
queda claro si la facoemulsificación e implante de LIO es efectiva en pacientes
con casos leves de glaucoma primario de ángulo cerrado.
La goniosinequiolisis
(GSL) con y sin extracción del cristalino, es una técnica quirúrgica para
liberar las sinequias anteriores de la superficie trabecular y mejorar el flujo
de humor acuoso a través de la malla trabecular. Este tratamiento no es tan
efectivo en ojos con cierre del ángulo de mayor duración. Al combinar la GSL
con facoemulsificación la visión mejora notablemente y hay un mejor control de
la PIO.
La extracción del cristalino podría disminuir la posibilidad de
recurrencia del cierre del ángulo. Esta cirugía ha sido efectiva en pacientes
con bloqueo pupilar e iris plateau que no responden a otros tratamientos.
La trabeculectomía es
uno de los principales tratamientos contra glaucoma ya que disminuye la PIO a
largo plazo. La trabeculectomía en ángulo cerrado crónico está asociada con
riesgo de fallas en la filtración, aplanamiento de la cámara anterior, glaucoma
maligno, desprendimiento coroidal, hipema, endoftalmitis y/o progresión de
cataratas.
Aunque el glaucoma
primario de ángulo cerrado representa solo 26% de los casos de glaucoma, es
responsable de la mitad de los casos de ceguera por glaucoma. El mecanismo
principal de dicha patología es el bloqueo pupilar, siendo el movimiento del
cristalino un factor que contribuye, generalmente debido a la edad, a cambios
asociados a las cataratas o cambios en el segmento posterior. El tratamiento
comienza con medicación tópica para bajar la PIO, con supresores de humor
acuoso y prostaglandinas.
Los procedimientos
para tratarlo son iridotomía periférica, que puede tener un resultado favorable
sobre la progresión de la patología, especialmente en la primera etapa, en
etapas más avanzadas requiere seguir con tratamiento medicinal o intervención
quirúrgica ya sea trabeculectomía o goniosinequiolisis. En los últimos años la
extracción del cristalino se ha convertido en una intervención con buenos
resultados para reducir la PIO y las sinequias. Los resultados son comparables
a las otras intervenciones quirúrgicas (iridotomía, trabeculectomía y
goniosinequiolisis). La combinación de goniosinequilisis con extracción de
cristalino tiene un mayor impacto sobre la PIO que la goniosinequiolisis por sí
sola. La trabeculectomía es efectiva en casos refractarios.
Una actualización sencilla
y práctica.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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