Después de una cirugía de cataratas.
El flare acuoso está aumentado en pacientes con edema macular
cistoideo significativo
Se ha estudiado y analizado la relación entre el edema macular cistoideo y el
colapso de la barrera hemato acuosa, según se observa en el flare acuoso, la
agudeza visual y espesor retiniano mediante tomografía de coherencia óptica (OCT).
El edema
macular cistoideo es una complicación de la cirugía de cataratas. El desarrollo
de la facoemulsificación y la pequeña incisión ha reducido la incidencia de
edema macular cistoideo, pero sigue siendo una de la principales causas de
resultados visuales desfavorables después de una cirugía sin complicaciones. Se
ha encontrado que 1 a 2% de los pacientes padecen edema macular cistoideo con
disminución visual. Aunque la mayoría de los casos se resuelve espontáneamente,
algunos pacientes desarrollan una pérdida visual permanente. El edema
generalmente se produce de tres a doce semanas después de la cirugía, pero
puede iniciarse hasta meses y años más tarde. Para su diagnóstico suele
utilizarse normalmente la angiografía fluoresceínica, pero la tomografía de
coherencia óptica es igualmente efectiva, ya que además permite la
cuantificación y el seguimiento posterior es sencillo.
La patofisiología es multifactorial, pero la inflamación postoperatoria pareciera ser el factor de riesgo de edema macular cistoideo más importante. Los mediadores inflamatorios se liberan en la cámara anterior, se difunden en la parte posterior dentro del vítreo y afectan la barrera hemato-retiniana. Esto provoca aumento de la permeabilidad de los capilares perifoveales con acumulación de fluidos en la retina. Hay poca información con respecto al edema macular cistoideo después de cirugía de cataratas en ojos con vitrectomía previa. Existe un instrumento láser para medir la concentración de proteína en la cámara anterior, lo que indirectamente refleja el grado de inflamación y funcionamiento de la barrera hemato acuosa y hemato-retiniana. Varios estudios han demostrado que después de la cirugía de cataratas el valor del flare llega a su pico en el primer día postoperatorio y disminuye rápidamente durante la primera semana. Sin embargo los valores de flare no son significativamente superiores en pacientes con edema macular cistoideo en comparación con controles pseudofáquicos, aunque la tendencia es a tener valores elevados. Como la inflamación y el colapso de la barrera hemato-retiniana son las principales causas del edema macular cistoideo, analizamos los valores de flare en pacientes con edema macular cistoideo significativo.
Participaron en el estudio 30 ojos de pacientes con edema macular cistoideo significativo y pérdida de visión. 46 ojos pseudofáquicos y 45 fáquicos sin edema sirvieron como control. Los datos reunidos fueron edad, sexo, agudeza visual mejor corregida y tomografía de coherencia óptica de dominio espectral. Se midió el espesor retiniano. El flare acuoso se midió cuantitativamente mediante medidor láser de flare Kowa FM-500.
La inflamación es considerada el principal factor de riesgo de edema macular después de cirugía de cataratas, lo que provoca el colapso de la barrera hemato-retiniana. El medidor láser de flare puede cuantificar de manera confiable a inflamación y diversos estudios han observado un incremento de los valores de flare durante el período postoperatorio. Dichos niveles alcanzan un pico en el primer día y disminuyen rápidamente.
Los resultados del presente estudio muestran que pacientes con edema macular cistoideo clínico, presentan valores de flare significativamente superiores a los controles. Asimismo, se confirmó que los valores de flare están altos durante el período postoperatorio y luego van descendiendo. Sin embargo, los pacientes con edema tienen valores de flare superiores a los de los demás pacientes inmediatamente después de la cirugía. Los pacientes con y sin edema macular cistoideo pudieron distinguirse en casi todos los casos de acuerdo a los valores de flare.
La cirugía de cataratas induce inflamación, en algunos casos provocando edema macular cistoideo con pérdida de visión. El nivel de inflamación determina la gravedad del edema, desde muy leve a formas más significativas.
Los cambios en el vítreo también están asociados a la patogénesis de edema macular cistoideo. El desprendimiento del vítreo posterior podría tener un rol en este proceso. Sin embargo, no observamos diferencias en los valores de flare de pacientes con edema macular cistoideo con y sin vitrectomía previa, lo que indica que el flare permite predecir el edema en ambos grupos.
Estos resultados indican que la reducción de la inflamación postoperatoria podría disminuir la incidencia de edema macular cistoideo. Las medidas preventivas podrían ser la utilización de técnicas quirúrgicas no traumáticas y medicación peri y postoperatoria. Sería útil monitorear el flare durante el tratamiento del edema macular cistoideo, para adecuar dicho tratamiento. No obstante, no se pudo determinar el inicio del incremento de los valores de flare durante el postoperatorio.
La limitación del presente estudio es la poca cantidad de pacientes que participaron. A pesar de que el espesor retiniano estuvo claramente asociado con la disminución de la visión, no observamos una correlación entre los valores de flare y el espesor retiniano dentro del grupo con edema macular cistoideo.
En el presente estudio se mostraron valores elevados de flare acuoso en pacientes con edema macular cistoideo después de cirugía de cataratas. Como marcador de inflamación y colapso de la barrera hemato-retiniana, los valores de flare sugieren que el control postoperatorio de la inflamación podría ser la clave para evitar o controlar el edema macular cistoideo.
En nuestra cirugía, valoramos una OCT previa a una faco, para descartar cualquier membrana epiretiniana, u otra patologia macular previa que lo facilite. Y, siempre, si se tiene un tomografo, una OCT en el postoperatorio a los 3-4 dias de la cirugía.
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