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CLARO COMO EL AGUA




Alrededor de 337 millones de personas de todo el mundo sufren síntomas de ojo seco. Los suplementos con ácidos grasos esenciales Omega 3 son una de las mejores alternativas de tratamiento para la sequedad ocular. 

 Cada año que pasa existe un mayor número de personas con problemas de ojo seco y esta sequedad ocular tiene un gran impacto en el día a día de estos pacientes.

Para que te hagas una idea estas son las situaciones donde los afectados se quejan más de este problema:
  • Sequedad ocular tras conducción nocturna: 32,3%.
  • Ojo seco tras leer: 27,5%.
  • Sequedad ocular al usar el ordenador o movil: 25,7%.
  • Ojo seco al ver la tele: 17,9%.
No es un tema menor y por eso a lo largo de estos años he publicado artículos sobre el ojo seco y sus opciones de tratamiento , y también sobre los grandes beneficios de tomar Omega 3 para la salud en general y para la vista en particular.




Hay la evidencia científica ,sin atisbo de dudas, que tomar Omega 3 es beneficioso para los problemas de sequedad ocular. Si bien, cada paciente es distinto a otro.

 ¿Qué es el síndrome del ojo seco?

  • Es una enfermedad progresiva multifactorial común, pero compleja, que puede conducir a pérdida visual, daño a la superficie ocular, malestar y reducción general de la calidad de vida.
  • El ojo seco ocurre cuando la cantidad y/o la calidad de las lágrimas no logra mantener la superficie del ojo adecuadamente lubricada. El riesgo de desarrollar ojo seco aumenta con el avance de la edad, siendo las mujeres las que tienen una mayor prevalencia, por causa hormonal.
El ojo seco causa una sensación de raspadura, aspereza, como si tuviéramos algo dentro del ojo. Otros síntomas incluyen picazón o ardor, episodios de exceso de lagrimeo seguidos de períodos de sequedad, secreción, dolor y enrojecimiento en el ojo.

Las personas con problemas de sequedad ocular también pueden sentirse como si sus párpados fueran pesados y incluso pudieran experimentar visión borrosa.




 La lágrima es un líquido que cubre la superficie ocular y cuyas funciones son las siguientes:
  • Óptica: mantiene la superficie corneal ópticamente uniforme.
  • Mecánica: lavando restos celulares y cuerpos extraños de la cornea y saco conjuntival, cubriendo además su superficie.
  • Nutre la cornea.
  • Función antibacteriana.
Las lágrimas son una mezcla compleja de aceites grasos, agua, mucina, y más de 1500 proteínas diferentes que mantienen a la superficie del ojo suave y protegida del medio ambiente, irritantes y agentes patógenos infecciosos.

En un ojo sano, las lágrimas continuamente bañan la córnea, la superficie exterior del ojo. Con cada parpadeo del ojo, las lágrimas fluyen a través de la córnea, nutriendo sus células y proporcionando una capa de protección líquida del ambiente.

Cuando las glándulas lagrimales no producen suficientes lágrimas, o cuando la composición de las lágrimas cambia, la salud del ojo y la visión se ven comprometidas. La visión puede verse afectada porque las lágrimas en la superficie del ojo juegan un importante papel en el enfoque de la luz.



 Las lágrimas se componen de tres capas:
  • Una capa externa (lipídica), producida por las glándulas de Meibomio y las glándulas sebáceas accesorias de Zeis. Su función es evitar que las lágrimas se evaporen demasiado rápido y proporciona una superficie ópticamente suave. Más adelante veremos cómo esta capa será determinante en el ojo seco.
  • Una capa media (acuosa), secretada por la glándula lagrimal y las glándulas lagrimales accesorias de Krause y Wolfring, contiene la porción acuosa de las lágrimas así como las proteínas solubles en agua. Su misión es limpiar la superficie corneal, posee actividad bacteriostática, asegura la movilidad de la conjuntiva palpebral sobre la cornea y proporciona una superficie corneal lisa para imágenes de alta calidad óptica. También es responsable de mantener la hidratación epitelial.
  • Una capa interna (mucina). Esta capa mucosa interna es secretada por las glándulas caliciformes de la conjuntiva. Es hidrofílica con respecto a las microvellosidades del epitelio corneal, las cuales ayudan a estabilizar la película lagrimal. Esta capa impide que la capa acuosa forme gotas sobre la cornea y asegura que la capa acuosa humedezca toda la superficie de la cornea y la conjuntiva.

 ¿Qué causa el ojo seco?

El ojo seco puede ocurrir cuando la producción de lágrimas disminuye, la evaporación de la lágrima aumenta, o la composición lagrimal es desequilibrada.


Los factores que pueden contribuir al ojo seco incluyen los siguientes:
  • El uso de algunos medicamentos como los antihistamínicos, descongestionantes, antidepresivos, píldoras anticonceptivas, terapia de reemplazo hormonal para aliviar los síntomas de la menopausia, y medicamentos para la ansiedad, la enfermedad de Parkinson, y la presión arterial alta han sido asociados con el ojo seco.
  • El avance de la edad es un factor de riesgo para la disminución de la producción de lágrimas. El ojo seco es más común en personas de 50 años o más.
  • La rosácea (una enfermedad inflamatoria de la piel) y la blefaritis (una enfermedad inflamatoria del párpado) pueden alterar la función de las glándulas lacrimales.
  • Los trastornos autoinmunes tales como el síndrome de Sjögren, lupus, escleroderma y artritis reumatoide y otros trastornos tales como diabetes, trastornos de la tiroides, y deficiencia de vitamina A están asociados con el ojo seco.
  • Las mujeres son más propensas a desarrollar un ojo seco. Los cambios hormonales durante el embarazo y después de la menopausia se han relacionado con el ojo seco. Las mujeres también tienen un mayor riesgo de trastornos autoinmunes.
  • Los ambientes ventosos, con humo o secos aumentan la evaporación de lágrimas.
  • Las alergias estacionales pueden contribuir al ojo seco.
  • Períodos prolongados delante de pantallas (por ejemplo, ordenador) que favorecen un parpadeo insuficiente.
  • La cirugía láser del ojo puede causar síntomas temporales del ojo seco.
Debido a que el mal funcionamiento de las glándulas de Meibonio se asocia con una composición lipídica alterada en la lágrima,que conduce al ojo seco evaporativo, la suplementación dietética con ácidos grasos omega-3 ha sido recomendada tanto en el International Dry Eye Workshop y en el International Workshop on Meibomian Gland Dysfunction como terapia primaria para esta problemática del ojo seco.

 Con una mayor evaporación de la película lagrimal, la osmolaridad de la película lagrimal es elevada y da lugar a daño superficial ocular: desecación de células epiteliales, pérdida en el glicocalix, inflamación y la apoptosis celular.



 Los lípidos de la película lagrimal se correlacionan con las medidas clínicas del ojo seco. La proporción de lípidos lagrimales omega-6:omega-3 está elevada en personas con ojos seco en proporción al grado de alteración de la película lagrimal. La deficiencia metabólica de los lípidos omega-3 de la película lagrimal puede ser un causante de la inflamación crónica de la superficie ocular en el ojo seco.

Los ácidos grasos omega-3 ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido eicosapentaenoico (EPA) desempeñan numerosos papeles en el organismo y se consideran nutrientes fundamentales.

La justificación para el tratamiento con suplementos de omega-3 oral en el manejo de la enfermedad de las glándulas de Meibomio puede explicarse por dos mecanismos de acción diferentes.

 La descomposición de los ácidos grasos omega-3 resulta en moléculas anti-inflamatorias que suprimen las respuestas inflamatorias que se producen en la enfermedad de las glándulas de Meibomio.

La eficacia de los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 como antiinflamatorios en el tratamiento del síndrome del ojo seco se ha demostrado en múltiples estudios.



 Otro mecanismo sugerido para razonar la acción de los omega-3 en el tratamiento del síndrome de ojo seco es el cambio en la composición de ácidos grasos de las glándulas de Meibonio y, por lo tanto, las propiedades de sus secreciones. La deficiencia de ácidos grasos omega-3 de cadena muy larga (EPA y DHA) provoca el aumento de la evaporación de la película lagrimal al disminuir la composición lipídica de las lágrimas así como la función de la glándula meibomiana, favoreciendo el desarrollo de ojo seco.

La suplementación oral de ácidos grasos omega-3 apoya la composición en ácidos grasos de las secreciones de las glándulas meibomianas, lo que resulta en una secreción que contiene niveles aumentados de ácidos grasos insaturados, que están en estado líquido a la temperatura corporal evitando el bloqueo de los conductos de las glándulas meibomianas. Asimismo, la mayor calidad de las secreciones de la glándula meibomiana logra reducir la evaporación de la película lagrimal y mejora los síntomas del ojo seco.

Estudios confirman los beneficios de su suplementación oral con omega 3

  • Un gran estudio retrospectivo de 32.470 mujeres mostró que las mujeres que consumían de 5 a 6 porciones por semana de atún (pescado azul rico en omega-3) tenían una reducción del 66% en el síndrome del ojo seco en comparación con las mujeres que consumían 2 o menos porciones a la semana.
  • Asimismo, son numerosos los estudios que han demostrado la eficacia de los suplementos de ácidos grasos omega-3 mejorando los síntomas en el síndrome del ojo seco.
  • Incluso la suplementación oral de ácidos grasos omega-3 en una dosis moderada (180 mg de EPA y 120 mg de DHA, dos veces al día) durante un período corto (30 días) se asocia con una disminución en la tasa de evaporación lagrimal, una mejoría en los síntomas del ojo seco y un aumento en secreción de lagrimas.
  • Dos metaanálisis de estudios controlados aleatorios apoyan el uso de la suplementación con ácidos grasos omega-3 como tratamiento eficaz para el síndrome del ojo seco.
  • En un reciente estudio clínico aleatorizado, se incluyeron 61 ojos de 48 pacientes que se quejaban de nuevos síntomas oculares oculares después de la facoemulsificación (cirugía de catarata). Los sujetos fueron asignados aleatoriamente en dos grupos. Los controles recibieron tratamiento convencional. El grupo de tratamiento recibió suplemento dietético omega-3 además de la terapia convencional.
  • La conclusión de los autores de este estudio fue que los suplementos dietéticos de omega-3 tienen un efecto aditivo sobre los índices de osmolaridad media de la película lagrimal de pacientes con síndrome de ojo seco después de la facoemulsificación.
  • Asimismo, los ácidos grasos omega-3 pueden mejorar eficazmente las características de la película lagrimal, revertir las características de la superficie ocular y aliviar los síntomas subjetivos asociados con el síndrome del ojo seco en pacientes con diabetes tipo 2.

La mayor parte de los estudios se han llevado a cabo con preparados de aceite de pescado concentrado.

Un reciente estudio clínico aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo, comparó la eficacia de dos formas de suplementos Omega-3 (aceite de pescado como triglicérido vs aceite de krill) para tratar la enfermedad de ojo seco.



Los participantes recibieron una de las tres intervenciones: placebo (aceite de oliva 1500 mg al día), aceite de krill (945 mg al día de ácido eicosapentaenoico [EPA], + 510 mg al día de ácido docosahexaenoico [DHA]) o aceite de pescado (1000 mg al día EPA + 500 mg al día DHA) durante 90 días, con visitas de estudio mensuales.

La administración de ambas formas de ácidos grasos omega-3 de cadena larga (en las dosis mencionadas), durante 3 meses, dio como resultado una reducción de la osmolaridad lagrimal y una mayor estabilidad de la lágrima en personas con sequedad ocular. Los autores del estudio concluyeron que los Omega-3 en forma predominantemente fosfolipídica (aceite de krill) pueden conferir un beneficio terapéutico adicional, con mejoras en los síntomas de ojo seco y menores niveles basales de interleuquina 17A, en comparación con el placebo.

Si bien este estudio afirma que el aceite de krill puede ser la opción más eficaz a la hora de escoger un suplemento de omega-3, debemos tener en cuenta la dosis empleada en el estudio (945 mg al día de ácido eicosapentaenoico [EPA], + 510 mg al día de ácido docosahexaenoico [DHA]). Para alcanzar esa dosis sería necesario tomar al menos 12 cápsulas del Aceite de Krill NKO, con el inconveniente y coste que esto supondría. Sin embargo, si optamos por suplementarse con un aceite de pescado concentrado, podemos alcanzar fácilmente la dosificación empleada con 2-3 cápsulas al día, resultando más cómodo y económico.

Conclusiones

  • Los estudios confirman el valor de los suplementos de omega-3 mejorando los síntomas en el síndrome del ojo seco.
  • Hay que señalar que la suplementación de ácidos grasos omega-3 también puede afectar la percepción del dolor y las molestias causadas por el ojo seco. Un grupo de investigadores demostró recientemente cómo los síntomas del ojo seco estaban más estrechamente asociados con el dolor no ocular, la depresión y el trastorno de estrés postraumático que los parámetros de la película lagrimal34. También se sugirió que el aumento de la proporción de omega-6/omega-3 en la dieta era una causa importante del aumento de la incidencia tanto de la enfermedad ocular seca como de la depresión mayor.35
  • En esta línea, varios estudios sugirieron que los ácidos grasos omega-3 podrían tener un potencial valor clínico en la prevención y tratamiento de psicopatologías, incluyendo estrés, ansiedad y depresión.35,36
  • Se puede asumir que los ácidos grasos omega-3 podrían mejorar el estado de ánimo y el estrés psicológico de los pacientes y afectar la percepción de la incomodidad y el dolor causado por la enfermedad del ojo seco, lo cual también puede contribuir a la mejora de los síntomas de sequedad ocular.


Todo ello es cierto, pero en su justa medida. No todo ojo seco condiciona dicho tratamiento. La historia clínica nos acercará a usar las mejores medidas terapéuticas.

Normalmente cuando se asocia una blefaritis con ojo seco, que no es infrecuente, sí usamos omega 3, como complemento al tratamiento médico.

OFTALMÓLOGO ESTEPONA




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