Más de la mitad de las personas que padecen diabetes desde hace más de 15 años presenta algún signo de retinopatía diabética, una de las principales causas de pérdida severa de visión en los países desarrollados. Por ello, y coincidiendo con el Día Mundial de la Diabetes , debemos concienciar a pacientes y población en general sobre la importancia de la prevención y del control estricto de la enfermedad y de la visión en este colectivo.
La retinopatía diabética es una de las principales causas de pérdida severa de visión en el mundo occidental. Aunque los pacientes diabéticos tienen hasta 25 veces más posibilidades de pérdida total de la visión que las personas que no padecen la enfermedad, el daño visual que se deriva de la diabetes no tiene por qué llegar a ser grave. Ello dependerá del grado de severidad de la diabetes, del tiempo transcurrido desde el inicio de la enfermedad y del nivel de control de la misma por parte del paciente. Por ello, el diagnóstico y tratamiento precoz son básicos.
Las principales medidas preventivas de los pacientes diabéticos para evitar o retrasar la aparición de la retinopatía diabética son realizar un control estricto de glucosa en sangre, de la presión arterial y el colesterol y evitar el tabaco. Además, es imprescindible un riguroso seguimiento oftalmológico, ya que generalmente, la retinopatía diabética no provoca síntomas hasta que la lesión es severa.
La revisión oftalmológica en diabéticos de tipo 1 debe realizarse a los 3-5 años del diagnóstico, mientras que los diabéticos de tipo 2 deben comenzar a realizar revisiones oftalmológicas desde el momento en que se diagnostica la enfermedad. Tras este primer examen, todos los pacientes deben someterse a una revisión oftalmológica anual, en el caso de que no se observe ninguna lesión, especialmente los colectivos de mujeres embarazadas y las personas con un mal control metabólico de la diabetes. El oftalmólogo propondrá revisiones de control en función de la pérdida de visión de cada paciente. En cualquier caso, es deseable diagnosticar la retinopatía antes de que aparezcan síntomas.
La retinopatía diabética se produce porque las paredes de los vasos retinianos se alteran y se vuelven más permeables como consecuencia de los elevados niveles de glucemia. Estos vasos dejan de ser competentes y permiten el paso de fluido al espacio extracelular. La retinopatía diabética comienza a manifestarse con pequeñas lesiones (como dilataciones capilares o micro aneurismas) y pérdida de fluido en la retina. Esto provoca un encharcamiento en la retina y si se extiende a la mácula, puede llegar a causar un edema macular (una de las principales causas de disminución de la agudeza visual en pacientes diabéticos).
En casos más avanzados, se produce lo que se conoce como “retinopatía diabética proliferante”, el cuadro retiniano más grave relacionado con la diabetes, que afecta a un 20% de los diabéticos y puede comportar una pérdida severa de visión. Se llama proliferante porque se produce por la proliferación de vasos sanguíneos nuevos. Estos originan hemorragias en el espacio vítreo, un tejido gelatinoso y transparente, que rellena el globo ocular. Al sangrar los vasos de la retina, el vítreo se vuelve opaco y causa disminución de la visión, que en general se produce de forma brusca. Los tratamientos actuales -fotocoagulación con láser, inyecciones intravítreas o vitrectomía- logran detener la evolución de la enfermedad y pueden mejorar el pronóstico visual del paciente. Otras complicaciones visuales asociadas a la diabetes son el edema macular, el desprendimiento de retina, el glaucoma o las cataratas.
En la CLINICA OCULAR ESTEPONA, disponemos de los medios diagnosticos y terapeúticos aptos para el seguimiento, diagnostico y tratamiento precoz, de estas complicaciones en laos pacientes diabéticos.
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