Los fármacos a través de una inyección ocular, desplazan a la cirugía en algunas patologías de retina.
- En los últimos 5 años, han permitido mejorar la visión en el 75% de los pacientes tratados, frente al 20% que mejoraba con la cirugía
- En los últimos 5 años, han permitido mejorar la visión en el 75% de los pacientes tratados, frente al 20% que mejoraba con la cirugía
- Especialistas en retina presentaron dos nuevos tratamientos farmacológicos en el congreso que se celebró los días 3 y 4 de junio en Barcelona
Los fármacos inyectados directamente en el interior del ojo están ofreciendo unos buenos resultados en el tratamiento de
Según se desprende de algunas intervenciones del congreso, desde mediados de la pasada década, las inyecciones intravítreas se han convertido en una importante alternativa a la cirugía y su imparable desarrollo “constituirá el gran salto en el tratamiento de las enfermedades de la retina en la próxima década”, según ha afirmado el Dr. Borja Corcóstegui, coordinador del congreso.
El éxito más rotundo de estos tratamientos se da en la degeneración macular, cuyo índice de mejoría de visión ha pasado del 20% al 75%, gracias a los nuevos fármacos inyectados en el interior del ojo, como el Lucentis o el Avastin, también utilizados, con un éxito similar, en pacientes con retinopatía diabética.
A estos dos tratamientos, está a punto de sumarse un tercero que, según se ha expuesto en el congreso, es capaz de majorar los resultados de los fármacos actuales en el tratamiento de la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE). Se trata del VEGF-Trap-Eye , en cuyos ensayos clínicos ha participado el IMO y cuyos resultados, presentados el pasado mes de marzo, demuestran que la molécula anti-VEGF de liberación lenta que contiene, requiere menos inyecciones intraoculares para mantener la agudeza visual de los pacientes con DMAE.
Los especialistas congregados la reunión se han referido también a otro fármaco de liberación lenta (Ozurdex) para el tratamiento del edema macular secundario a obstrucción de la vena de la retina, cuyo uso se acaba de aprobar en Europa. Se trata de un implante inyectable y biodegradable de corticosteroide de acción prolongada (dexametasona), que se convierte en el primer tratamiento con licencia en Europa para el edema macular en pacientes con oclusión venosa de la retina (OVR).
La obstrucción en la vena retiniana produce una respuesta inflamatoria que puede ocasionar un edema macular, una acumulación excesiva de fluidos en la retina y un engrosamiento de la mácula.
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