El ritmo de vida de la actual sociedad es totalmente distinto a la de nuestros padres o abuelos, en el que tenían un espacio para la familia, compartían pequeñas cosas cotidianas, como sentarse junto a nosotros para hacer los deberes del colegio, ir los fines de semana a los bosques de Asturies para hacer un picnic, compartir el barrilete, la pelota y mucho más.
Hoy la sociedad vive a un ritmo acelerado. Padre y madre suelen trabajar y llegan tarde a sus hogares; el sedentarismo, el estrés y algún factor de riego cardiaco (colesterol, hipertensión arterial, acido úrico alto, diabetes, obesidad, tabaquismo, etc) comienzan lentamente a “pasar factura” y los eventos cardiovasculares (ACV, infarto) aparecen cada vez más temprano en la vida.
Las personas pasan varias horas fuera de sus casas, muchos deciden dedicar unas horas al deporte. Así es que algunos corren maratones, otros recurren al gimnasio, a la caminata, trotar, andar en bicicleta, etc.
Además de la presión de una cultura que promueve el “verse bien”, muchos ven a la actividad física como saludable para mejorar la calidad de vida y suelen entrenarse
En cambio otros, cansados por su actividad cotidiana prefieren ir a su casa y dedicarle al deporte los fines de semana. En éste caso, los riesgos de sufrir, desde lesiones osteo-musculo-articulares hasta un evento cardiovascular o muerte súbita, suelen aumentar, por no tener una preparación adecuada, gradual y regular.
Es una situación peligrosa por tratarse de individuos sedentarios, con una inadecuada preparación física, que tratan de recuperar todo lo que no hicieron en la semana. Sus músculos son débiles, con falta de flexibilidad, mal irrigados, mala coordinación y seguramente con algún factor de riesgo cardiovascular, a veces controlado, otras desconocido.
Los fines de semana suele haber eventos cardiovasculares, muertes súbitas y lesiones deportivas.
Desde el punto de vista osteomusculoarticular, nos encontramos con individuos que no están preparados sus músculos, articulaciones y tendones para una actividad deportiva ocasional y nos encontramos con desgarros y contracturas musculares, esguinces (tobillo, rodilla) lumbalgias, codo de tenista, alguna fractura, etc.
La base del deporte es el entrenamiento.
A nivel cardiovascular, al no hacer un entrenamiento aeróbico semanal, nos encontramos con falta de un acondicionamiento cardiaco, agregado a hipertensión arterial, obesidad o sobrepeso, sedentarismo, etc. Los riesgos de una arritmia cardiaca y/o infarto de miocardio pueden estar presentes, en especial en mayores de 35 años, en que la enfermedad coronaria suele estar presente.
Por eso se recomienda, para aquellas personas sedentarias, que no hacen actividad física semanal, no sólo elegir el deporte, sino la intensidad y el tiempo, no ejecutar ejercicios vigorosos o deportes grupales (fútbol, tenis), sino que preferir caminar, andar en bicicleta, nadar, los deportes aeróbicos son los aconsejables.
Se sugiere hacer precalentamiento (15-20 minutos), elongar, no fumar tres horas antes y después del ejercicio, esperar dos horas luego de la comida principal.
En fin, mover los músculos no solo es para reducir peso, es mejorar la circulación y reducir factores de riesgo extra, y así mejorar la calidad de vida de este cuerpo que nos sustenta, vease corazón, cerebro y ojos.
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